La ONU estableció el 20 de marzo como Día Mundial de la Felicidad para reconocer su capital importancia en la vida de todos nosotros.
La relación entre el dinero y la felicidad ha sido objeto de numerosos estudios por parte de economistas, sociólogos y psicólogos.
España es uno de los países del mundo en el que los tradicionales juegos de lotería gozan de mayor arraigo. Las formas de participación e incluso las plataformas varían según cada individuo – por ejemplo, el site de gestión de loterías Ventura24 ha alcanzado más de 700.000 de usuarios online. Pero, lo que realmente nos planteamos es ¿por qué lo hacemos?; ¿qué nos motiva a jugar? ¿Confiamos en que el dinero nos reportará felicidad?
La relación entre el dinero y la felicidad ha sido objeto de numerosos estudios por parte de economistas, sociólogos y psicólogos. Ninguno de ellos ha alcanzado conclusiones irrevocables. Algunos estudios académicos, como el presentado hace unos años por el IESE, demostraban el clásico axioma de que el dinero no tiene por qué estar siempre vinculado a un sentimiento positivo; la felicidad no puede ser comprada. Posteriormente, la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS) se incorporó a este debate, poniendo sobre la mesa una investigación en la que mostraba, precisamente, todo lo contrario: la riqueza se relaciona directamente con el bienestar y la felicidad.
No obstante, de todas estas investigaciones se desprende una verdad en la que sí coincide la mayor parte de la sociedad, y es en la satisfacción que nos aporta la acción de compartir. Somos seres altruistas y gregarios por naturaleza, y compartir nos reporta enormes beneficios psicológicos. Según el último estudio sobre Lotería de Navidad de Ventura24, el 75% de españoles comparten lotería con familiares y amigos. Y es que participar en diversos sorteos de la mano de otras personas se ha convertido en un acto de reafirmación de los lazos sociales interpersonales.
Es posible que cuando juguemos lotería pensemos que un posible premio podría traernos la felicidad. Pero, según todo parece indicar, la mayor fuente de satisfacción vendrá con el hecho de buscar la suerte con nuestros seres más queridos. Quizá ahí esté la clave, en entender que nuestra felicidad siempre vendrá de la mano alguien.