No solo las barreras económicas son las responsables de que el ritmo de la implantación de las nuevas tecnologías en el sistema sanitario sea lento y vaya descompasado de las exigencias y las competencias del paciente ‘emergente’. Existen trabas legales, tecnológicas, políticas, de seguridad, de gestión e incluso humanas. Todas ellas están contempladas en el Informe ConTIC, un documento que ha realizado un panel multidisciplinar de expertos para animar a que se avance en el diseño de herramientas útiles y para demostrarle a los decisores sanitarios que ‘sin las TIC no se puede maximizar el valor del sistema sanitario ni garantizar la toma de decisiones’.
‘Hasta ahora, las TIC en el ámbito sanitario se han centrado en agilizar la burocracia, informatizar procesos antiguos, registrar la historia clínica y poco más’. Así resume el doctor Julio Mayol el modo en que el sistema de salud, por regla general, ha estado desaprovechando las ventajas de las tecnologías de la información y la comunicación. El director de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos asegura que las TIC deben servir para mucho más, sobre todo ante la insostenibilidad del sistema y ante la sed de respuestas de un nuevo paciente ‘más participativo, más exigente, más conocedor y más competente’. Es lo que el informe ConTIC denomina como el paciente ‘emergente’.
Carlos Arenas, Gerente del Área IX Vega Alta del Segura en el Servicio Murciano de Salud, detalla que esta denominación engloba a individuos muy heterogéneos. Entre ellos no solo hay enfermos que se involucran en las decisiones sobre su salud, sino también aquellos que ‘acuden a consulta con más conceptos erróneos que acertados y personas mayores que se preocupan y se informan’.
Tanto unos como otros necesitan dedicación por parte del facultativo. Tal y como comenta Arenas, ‘ya no les vale el médico que no sepa contrastar la información que encuentran en Internet’. La implicación que les exigen a sus profesionales sanitarios requiere de un gran dominio de las TIC ‘para conectar, para ayudar, para compartir, pero también para tomar decisiones’, indica Julio Mayol.
Sin embargo, hay muchas barreras que dificultan que el profesional y el sistema se adapten a las nuevas tecnologías. Una de ellas es que la administración ‘le meta a calzador algo que no funciona’, denuncia Julio Mayol. El experto hace hincapié en que esto genera rechazo. Por lo tanto, ‘si se quiere que las soluciones sean usables, los profesionales sanitarios tienen que participar activamente en el diseño de las herramientas’. ‘Solo así se conseguirá avanzar en el desarrollo de tecnología útil para la toma de decisiones por parte de pacientes, clínicos y gestores’, recalca el doctor.
Otra gran barrera es la brecha digital. El economista Miguel Ángel Mañez indica que en este sentido ‘no podemos diseñar procesos basados exclusivamente en tecnologías para una población que, por circunstancias sociales, económicas o de edad, no las usa’.
No menos importante es el error de considerar que las TIC son suficientes para que se produzca el cambio. ‘La promesa con la que hemos trabajado es que esto de las nuevas tecnologías va a hacer el sistema más sostenible y que los pacientes crónicos van a desaparecer, pero las TICS no son suficiente para que esto ocurra. Son una palanca, pero no suficientes’, apunta el doctor Mayol.
El informe ConTIC ‘La contribución de las TIC en la optimización del sistema de salud y la atención al paciente emergente’, elaborado a iniciativa de Menarini por un grupo multidisciplinar de expertos, hace hincapié en otras muchas barreras y descubre las áreas del sistema donde sería más relevante la implantación de las TIC como elemento de innovación en el cuidado de la salud.
La clave ahora para que las TIC en salud sean una realidad en el sistema sanitario es ‘pasar de los pilotos a la estrategia’; o tal y como propone Miguel Ángel Máñez, ‘lanzarse’. El experto en e-health indica: ‘Ante la duda, mejor lanzarse porque si no lo hacemos, el paciente nos va a adelantar y va a ir por su cuenta’.
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