No se ha salvado ningún partido de cara a las elecciones de mayo. Todos cuentan entre sus filas con voces críticas que, incluso, han abandonado su militancia por discrepancias con los dirigentes de estas formaciones. Manuel Alejandro González Muiño, director de Comunicación de Ciudadanos en Huelva; Vicente García, edil donostiarra del Partido Popular (PP) en Gipuzkoa; Toni Cantó en UPyD; Tania Sánchez en Izquierda Unida (IU); Juan Carlos Monedero en Podemos o Tomás Gomez en el PSOE. Todos ellos han protagonizado portadas en los últimos meses que han puesto en jaque las estrategias de los partidos a los que representaban.
-Ciudadanos. El último en abandonar su partido ha sido Manuel Alejandro González Muiño, dircom de Ciudadanos en Huelva. El propio Muiño lanzaba un comunicado, tras presentar la dimisión de su cargo y abandonar su militancia, en el que justificaba su decisión por ‘el clientelismo político y la mediocridad de muchos de sus cuadros, empecinados en ‘hallar un empleo’ a costa de la marca y el contribuyente’. Esta renuncia se suma a la de Rafael Alcaide, secretario local del partido, a mediados del mes de abril, que puso su cargo a disposición de Ciudadanos al encontrarse ‘desilusionado’ por la forma en la que tuvieron lugar las primarias del 8 de abril, a las que calificó de ‘poco transparentes’ y de que había existido ‘abuso de poder’ por parte de la dirección de la formación.
–Podemos. Juan Carlos Monedero sorprendía hace unos días con el anuncio del abandono de la dirección del partido, tras lanzar duras críticas contra la formación. El número 3 de Podemos presentaba su dimisión a Pablo Iglesias después de criticar alguna de sus estrategias, lamentando incluso que a veces ‘se parezca a los que pretende sustituir’. Asimismo, ha renunciado asegurando sentirse ‘totalmente engañado y traicionado por la concepción general de la política’. Muchos analistas ya han vaticinado que esta dimisión va a perjudicar al partido de cara a las elecciones de mayo, por tratarse de la salida de uno de los pilares de Podemos.
Le he presentado a mi amigo Pablo la dimisión en la dirección. Siguen firmes mi amistad con alguien tan grande y el compromiso con Podemos.
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) abril 30, 2015
–Partido Popular. En abril también era Vicente García, edil donostiarra del PP, el que anunciaba que renunciaba a su cargo ante las ‘descalificaciones e insultos’ que había recibido por parte de Borja Sémper, presidente del partido en Gipuzkoa, Juan Carlos Cano, secretario general, y Ramón Gómez, portavoz del grupo municipal. García aseguraba que de esta manera salía en defensa de su ‘honorabilidad’ y la del conjunto del grupo municipal y que, aunque en un principio había pensado finalizar ‘la legislatura sin más ruido’, estas ‘descalificaciones e insultos faltando a la verdad y la ausencia de una rectificación’ por parte de la dirección han propiciado este abandono para ‘desvincularse totalmente’ del partido.
–UPyD: ha condicionado su salida total del partido al resultado del congreso extraordinario que celebrará la formación el próximo mes de junio. Pero lo que sí ha anunciado Toni Cantó a principios de abril fue su dimisión como diputado y candidato a la Generalitat por UPyD. Su voz ha sido una de las más críticas en el seno de la agrupación que dirige Rosa Díez e, incluso, ha indicado que ‘somos muchos los que creemos que en la dirección están equivocados’.
–PSOE. Tomás Gómez copaba las portadas de los medios en febrero después de que Pedro Sánchez, líder del partido, lo destituyera de forma fulminante por los escándalos derivados del tranvía de Parla, que no estaban probadas. Pero el que fuera candidato socialista para la Comunidad de Madrid no se quedó callado y respondió con un tajante ‘esto no ha hecho más que empezar’, definiendo esta actuación como ‘operación no democrática para manchar mi honorabilidad’. Sánchez no utilizó la misma vara de medir para Griñán y Chaves, que sí fueron reclamados por la justicia.
–Izquierda Unida. No sorprendía tanto el abandono de la diputada autonómica de Izquierda Unida Tania Sánchez, a la que todos situaban en Podemos tras su renuncia. Pero la madrileña dejó el partido para impulsar una formación de ‘unidad popular’ aprovechando la popularidad de la que gozaba entonces y tras su pulso con la dirección regional y el propio Cayo Lara. Casualmente este abandono llegaba en el momento de mayor crisis de la formación en Madrid.
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