La ciencia ficción es cada vez menos ficción gracias a proyectos como ‘Iniciativa 2045’, el sueño de un joven multimillonario ruso, Dmitry Itskov, que pretende vivir para siempre a través de un robot que será una copia de sí mismo. Pero esta idea no es nueva, ya que surgió en 2011, pero vuelve al foco mediático porque el plan, que a priori no fue tomado en serio por la comunidad científica internacional, ya cuenta con cerca de 40.000 miembros. Formar parte de ‘Iniciativa 2045’ cuesta nada más y nada menos que 2,8 millones de euros.
‘Instamos a todos los especialistas interesados: científicos, políticos, responsables de medios de Comunicación, filósofos, futurólogos y empresarios a unirse a ‘Iniciativa 2045’. Damos la bienvenida a todos los que comparten nuestra visión del futuro y están listos para dar el siguiente salto’, reza el manifiesto del proyecto. Y éste ha calado ya en todos estos miembros, que han puesto sus conocimientos a disposición de esta futurista iniciativa. No en vano, Itskov se ha rodeado de expertos rusos en interfaces neurológicas, cuya misión es establecer esa comunicación entre cerebro y ordenador, técnicos en robótica, órganos artificiales, sistemas informáticos, etc.
‘Científicos de varios países del mundo ya están desarrollando una tecnología que garantiza la creación de un prototipo de cuerpo humano artificial dentro de la próxima década. Creemos que el mayor proyecto tecnológico de nuestro tiempo se convertirá en la creación de dicho cuerpo humano artificial y un posterior traslado de la conciencia humana individual a ese órgano. La implementación de este proyecto tecnológico se traducirá inevitablemente en un desarrollo explosivo de las innovaciones y cambios globales en nuestra civilización para mejorar la vida humana’, sigue el citado manifiesto.
Robot al estilo de ‘Avatar’
‘Iniciativa 2045’ pretende, a grandes rasgos, conseguir una especie de robot ‘avatar’ como el de la película de James Cameron o como los de ‘Los sustitutos’, protagonizada por Bruce Willis. ‘Creemos que es posible y necesario para eliminar el envejecimiento e, incluso, la muerte, y para superar los límites fundamentales de las capacidades físicas y mentales actualmente establecidas por las restricciones del cuerpo físico’, añade el texto. El propio Itskov ha asegurado al respecto que dedicará todos sus recursos para conseguir esta ansiada inmortalidad. Y, además, ha puesto fecha: será en 2045, pero a través de diferentes fases:
- De 2015 a 2020: en este periodo el proyecto pretende crear un avatar, un robot que será una copia del cuerpo humano y estará controlado de forma remota a través de la tecnología BCI (Brain Computer Interface).
- De 2020 a 2025: el objetivo en estos años es desarrollar aquellas técnicas necesarias para trasplantar un cerebro humano en el robot. El requisito es que el humano haya fallecido antes del intento de trasplante.
- De 2030 a 2035: la idea es que en este espacio de tiempo se cree una tecnología de cerebros artificiales que posibilite transferir la personalidad del ser humano al órgano artificial del avatar, en lugar de hacer un trasplante de cerebro.
- De 2040 a 2045: la última fase, en la que se llegaría al desarrollo final del robot. Su funcionamiento sería similar al de un holograma, copia de cada ser humano, que se controlaría a través del cerebro. Tendría todas sus particularidades de conciencia, sensibilidad y personalidad.