El escritor Fernando Marías compartió con los seguidores de Nubico un encuentro digital en el que habló de su última novela, ‘La isla del padre’ (por la que hace poco recibió el Premio Biblioteca Breve 2015). Durante la charla, el autor habló sobre sus experiencias y recuerdos de la relación que mantuvo con su padre, sobre la facilidad que tiene para crear obras y, por supuesto, sobre su visión del cine y del panorama literario español actual.
Marías heredó su pasión por la literatura y el cine gracias a la influencia de sus padres que según él ‘eran extraordinarios contadores de películas y de libros’. Un ejemplo de ello es su último título: ‘La isla del padre’. Fernando Marías explicó que nunca pensó que convertiría a su padre en un personaje para una de sus novelas. ‘Quería hablar de él y de la relación que tuvimos. La idea surgió cuando supe que estaba muy enfermo y lo vi al borde de la muerte’. El escritor confesó a sus lectores que cuando su padre estaba en su lecho de muerte, le dijo que escribiría sobre él y, al oírle, intento decirle algo pero finalmente no pudo. ‘Este libro trata de saber qué intentaba decirme’.
Por otro lado, Fernando Marías ofreció a los seguidores su visión personal sobre el momento actual de la literatura española: ‘¿Edad de oro? No. Creo que está sitiada por las circunstancias a las que nuestra sociedad ha llegado. Está en peligro de semiextinción, en todo caso. Digo semi porque considero que la extinción de la literatura es imposible’.
Fernando Marías explicó que no tiene ningún ritual especial a la hora de escribir sus relatos pero enfatizó la importancia de buscar que cada una de ellas quede redonda: ‘Vuelvo a ellos una y otra vez, hasta que ya no encuentro nada que matizar o hasta que digo hasta aquí. A veces pienso que cualquier escritor del mundo podría pasar su vida entera matizando un solo folio’. Otro tinte que suele emplear en cada una de sus títulos es el mal, un elemento que para él es ‘el origen de casi todo y que influye siempre en todas mis novelas’. En este sentido, ha confesado que ‘el mal me atrae más que el bien’ a la hora de expresarse en sus obras.
Por último, reconoció ante sus seguidores que siempre soñó con ser cineasta y que su pasión por el séptimo arte fue la puerta que le permitió volar a otros lugares: ‘El cine salvó mi vida durante mi adolescencia y acudía a él en cuanto podía, y allí, dentro de la pantalla, vivía y soñaba que otra vida tenía que existir en alguna parte’.
