Telefónica marca un hito más en su apoyo al ciclismo, en esta ocasión ha rescatado el juego más tradicional vinculado a este deporte, las chapas y lo ha adaptado al formato digital. El juego ‘Chapas Movistar Team’ se puede jugar individualmente, intentando conseguir terminar los circuitos recogiendo todas las estrellas en una cantidad de tiros limitada e, igual que en el juego real, y también se puede jugar online contra otra persona empujando su chapa para llegar al final antes que el otro participante. Los jugadores deberán ser hábiles escogiendo sus movimientos ya que la chapa se golpea una sola vez y no debe salirse del circuito. El jugador que consiga encadenar las mejores tiradas será el ganador.
Además, en este juego, las chapas se pueden personalizar con los ciclistas del Movistar Team. El jugador podrá escoger a su corredor favorito y luego elegir el tipo de chapa según el efecto, la velocidad y su capacidad de rebote para realizar el recorrido utilizando el mínimo de movimientos posibles. Durante el juego, en los mapas se encuentran diversos obstáculos (por ejemplo chicles) que ralentizan el tiro y varios elementos externos en los que se puede rebotar para conseguir un mejor tiro. La mecánica del juego permite retar a amigos, acumular puntos y canjearlos por regalos relacionados con el ciclismo.
El juego ‘Chapas Movistar Team’ está disponible dentro de la app ‘Vive Fan’ para smartphones y tablets, pero también se puede jugar en su versión web. Un juego con casi 100 años de historia Los famosos tapones en forma de corona llegaron a España en 1921 procedentes de México y empezaron a industrializarse en España como cierre de las botellas de refrescos. Este es el origen de uno de los juegos más importantes de nuestro patrimonio cultural.
La popularidad de las chapas se extendió rápidamente y era habitual ver a niños y a adultos en corrillo dibujando circuitos en la calle para jugar con sus tapones. Los circuitos solían inspirarse en carreras ciclistas o en carreras de obstáculos y las chapas se decoraban con las equipaciones de los ciclistas o corredores. Y así, niños y adultos pasaban largas tardes de verano en la calle o en las playas midiendo al jugador más habilidoso con su dedo pulgar y corazón.