Los coches conectados, como bien hemos contado en nuestro especial de Atrapa2, son uno de los avances tecnológicos que más están dando que hablar en la actualidad además de postularse como la realidad que revolucionará el sector de la automoción en los próximos años. Sin embargo, a día de hoy, todavía es un proyecto en ciernes, un producto que tiene mucho que mejorar, sobre todo en lo referente a seguridad. Al menos eso es lo que se puede desprender tras el experimento realizado por dos hackers, Charlie Miller y Chris Valasek, los cuales atacaron primero un modelo de la marca Jeep, al que siguieron otros muchos modelos de Fiat Chrysler Automobilies, entre 2013 y 2015. Dos años en lo que han podido sacar múltiples conclusiones que han decidido revelar y que nosotros hemos querido reflejar.
Desde el aire acondicionado hasta los frenos
Según han declarado, la vulnerabilidad de estos coches conectados está localizada en un chip que incorporan y que nos permite realizar la conexión inalámbrica y móvil a Internet. De hecho, a través de esta brecha, fue como entraron para intervenir algunas de sus funciones. Comenzaron con las más banales como regular el aire acondicionado o sintonizar la radio. A continuación, subieron el nivel y tras entrar en por otra vía, controlaron la transmisión, el volante e incluso los frenos.
La solución ya está disponible
Esta experiencia sobre coches conectados, que narran al blog especializado de Estados Unidos, Bits, ha hecho que a pesar de los muchos años de experiencia en el sector, Miller haya llegado a sentir miedo al sentir que, desde su casa, en cinco minutos, podía controlar casi por completo casi cualquier coche que fuese por las autopistas estadounidenses. De hecho ha afirmado: ‘yo no debería ser capaz de hacer eso’. Para nuestra “tranquilidad”, toda la información recopilada ha sido notificada ya a las marcas afectadas, las cuales han desarrollado un parche con el que han logrado paliar estos errores. Está disponible desde la pasada semana.
Intercambio de opiniones
Desde el sector automovilístico, como es lógico, estas afirmaciones no han sentado muy bien. De hecho, y tras salir estas a luz, Alyse Tadajeksky ha tachado a sus autores de irresponsables. Ellos, por su parte, se defienden alegando que ellos también salen a la carretera y que quieren no tener que preocuparse porque un ciberdelincuente les controla su medio de transporte. De hecho, ellos no han sido los primeros en intentarlo… y conseguirlo. En 2011 se realizó otra investigación que descubrió una entrada a los coches a través del bluetooth. En ese caso no se desvelaron ni los resultados ni las marcas afectadas. En este caso, sí.