Las cosas están revueltas en el diario El País ya que el buque insignia de Prisa volvió a registrar unos pésimos datos de difusión durante la pasada temporada. La OJD agrupa los datos de julio a junio del año siguiente, una comparativa que sirve a los diarios para realizar un balance objetivo de su desempeño en un curso. Bajo este baremo la cabecera ha perdido un 16% de su difusión equivalente a 38.000 ejemplares en solo un año, lo que nuevamente ha disparado las alarmas ya que coincide con un rediseño y una serie de esfuerzos destinados a evitar este desplome.
Los datos de la OJD pendientes de certificar indican que El País registró una media de 238.559 ejemplares diarios entre los meses de julio de 2014 y junio de 2015. Estamos hablando de un importante retroceso si se les compara a los 276.884 ejemplares de media durante los meses de julio de 2013 y junio de 2014. En la comparativa se aprecia una caída del 16% en sólo un año, confirmando que el pasado curso nuevamente ha sido para olvidar para el diario de Prisa.
En ventas las cosas no fueron mejor ya que El País ha pasado de vender una media de 162.000 ejemplares en quioscos –el que mejor representa la salud de un diario- entre julio de 2013 y junio de 2014 hasta los 144.000 ejemplares de media diaria durante julio de 2014 y junio de 2015. Estamos ante un 11,1% de caída en una temporada, una cifra de dos dígitos que agudiza la caída permanente de los últimos cinco años.
Las cifras de la OJD se suman a las EGM que tampoco han sido positivas. Y es que en la última oleada de julio pasado el diario de Prisa registró 1.504.000 lectores, una caída de más del 10% comparada con los datos de julio de 2014. La OJD mide ejemplares distribuidos y el EGM personas que leen un periódico diariamente. En ninguno de los dos indicadores hay cifras positivas para la cabecera del Grupo Prisa, que antes de la crisis superaba ampliamente los dos millones de lectores y se acercaba al medio millón de ejemplares de difusión.
Estos datos han sentado muy mal en la planta noble de Prisa a la hora de hacer el balance del curso pasado. Y es que la anterior temporada ha sido una de las que más esfuerzos se han realizado por potenciar el papel con promociones, un nuevo diseño y nuevas estrategias que no han dado sus frutos. Ha sido además la primera temporada completa de Antonio Caño como director de El País, lo que ha traído consigo una nueva manera de concebir el diario, que a la luz de los datos no ha convencido a sus lectores en papel.
De esta manera, Juan Luis Cebrián ha vuelto a dar un toque de atención a Antonio Caño (uno más de los muchos que le ha dado durante el pasado curso) para que no deje morir el papel y le ha pedido expresamente que trabaje para remontar estas cifras. Una prueba más del doble discurso de Cebrián que a los cuatro vientos pregona el fin del papel, pero a su vez exige a sus directivos que eviten la decadencia de este formato. Quizás la explicación haya que buscarla en el apartado comercial ya que la edición impresa de El País sigue siendo su principal fuente de ingresos a pesar que la mayoría de los lectores son ahora digitales.