Imaginen poder comunicarse con otras personas a través de los huesos de su cuerpo. Sí, sí, como lo leen. La contratista militar BAE Systems, también constructora aeronáutica comercial, ha presentado en uno de los mayores eventos del mundo en este sector, la Feria Internacional del Equipamiento de Defensa y Seguridad (DSEI), su prototipo de emisión de sonido por conducción ósea. Una tecnología, por ahora exclusivamente de uso militar, que utiliza técnicas ya vistas en audífonos comerciales, pero que se aprovecha de la capacidad natural del cuerpo humano para transmitir el sonido a través del propio hueso de la persona. Así, convierte las ondas sonoras en vibraciones que se envían a través de los huesos del cráneo directamente a la cóclea, traduciéndose en impulsos nerviosos que el cerebro entiende y ‘traduce’.
El objetivo de esta nueva tecnología, creada para equipar a los soldados del futuro, es que el ruido que impera en las guerras (explosiones, disparos, etc.) no impida la transmisión del mensaje de una persona a otra del mismo bando. En definitiva, lo que busca es que los soldados puedan comunicarse entre sí a través de sus huesos utilizando esta tecnología de radio. Esta transmisión se realiza a través de un pequeño sistema, del tamaño de una moneda, que recibe los mensajes para después enviarlos directamente al oído interno a través de un casco de combate, protegiendo de esta forma a su usuario del citado ruido.
Estos soldados del futuro también podrán contar con helicópteros con una propulsión mucho mayor que la de estos aparatos en la actualidad, hasta un 30% más, lo que les permite gastar menos combustible e incrementar la eficiencia de las alas giratorias gracias a su tecnología cicloidal. En la edición de este año de la DSEI también se ha presentado un nuevo sistema para detectar y neutralizar drones. Esta tecnología utiliza un sensor de datos de diferentes fuentes, que se combina con fusión de datos, análisis de señales e interferencias. De esta forma, es capaz de reconocer y derrotar a los vehículos aéreos no tripulados del bando contrario en rangos de entre cinco a diez kilómetros. Primero identifica a los drones y después evalúa su amenaza potencial. ¿Qué más nos queda por ver en la carrera armamentística?