‘Tiempo, el Diario de Honduras, se ve en la dolorosa situación de suspender temporal su entrega diaria al público que, generosamente por 45 años, nos ha favorecido con atención y su lealtad a nuestra labor informativa y de opinión’. Con estas palabras el famoso rotativo se despedía en su última edición impresa luego de que el pasado 7 de octubre el gobierno de Estados Unidos acusara a la corporación a la que pertenece, el Grupo Continental, de presunto lavado de activos provenientes del narcotráfico.
En una portada especial ocupada en su totalidad por el editorial titulado ‘Hasta pronto, Honduras’, el periódico manifestaba que ‘las circunstancias que obligan esta suspensión son de la mayor gravedad en lo que importa a la libertad de expresión, al desarrollo de la comunicación social y a la democracia en nuestro país, al grado de constituir un caso atípico en el mundo occidental’. En un fondo oscuro como símbolo de luto, la dirección denunciaba que el cierre ‘es consecuencia de una asfixia económica’, debido a su vinculación con el citado grupo empresarial.
‘Lo que ha significado su fortaleza institucional a lo largo de casi medio siglo de presencia diaria en la vida nacional, es decir su naturaleza corporativa, ha tornado a ser su principal obstáculo ante el zarpazo descargado al Grupo Continental y el bloqueo de sus cuentas en el banco y de las empresas subsidiarias de su base publicitaria, o sea la vena yugular para el sostenimiento económico y laboral del medio. De modo que resulta imposible la obtención de los insumos indispensables para la impresión (papel, tintas, refacciones y repuestos), así como el pago a proveedores y servicios. Asimismo, impide de manera muy penosa el pago de los sueldos y salarios del personal, creándose un problema sumamente grave de derechos humanos’.
En tal sentido, diversos empleados del diario hondureño se manifestaron en contra del gobierno exigiendo una ayuda ante cierre, mientras que la población civil utilizó las redes sociales para mostrarles su apoyo y agradecer la labor periodística realizada durante más de cuatro décadas. ‘El ahorcamiento de Diario Tiempo se produce por acciones desproporcionadas del gobierno de Honduras en consecuencia de las sanciones establecidas por el gobierno de Estados Unidos de América. Es un estrangulamiento de carácter histórico, de repercusión mundial, y que ocurre a un medio de comunicación social que, desde su primer día, ha luchado por el desarrollo democrático real, en la defensa de los derechos humanos, por el progreso económico y social equitativo e igualitario, y, denodadamente, contra las dictaduras, el militarismo, la corrupción y la impunidad’, continuaba el editorial. A la vez, aseguraba que pagaría a los empleados con el dinero que le adeudan sus anunciantes de empresas privadas y del mismo Estado.
El Diario Tiempo fue fundado en noviembre de 1970 en la ciudad San Pedro Sula, la segunda más importante del país. Como hemos indicado, forma parte del Grupo Continental, un conglomerado propiedad del banquero y político hondureño Jaime Rosenthal, quien junto a su hijo Yani y un sobrino, Yankel Rosenthal, fueron acusados por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) de un presunto delito de lavado de dinero ligado al narcotráfico.