¿Que podemos hacer para que un trabajo nos guste, o para disimularlo y que parezca que, al menos, no nos disgusta? Rosetta Forner nos invita a reflexionar sobre ello. Además, nos plantea la duda de si somos esclavos, en lo relativo a ganar dinero, o si esto es una expresión de nuestra singularidad. Con todo esto, también nos plantea lo siguiente: ¿Podemos llegar a amar nuestro trabajo o al menos no odiarlo? La clave, como bien nos comenta nuestra experta, es la actitud. Trabajar no es una condena. Al contrario. Puede ser un placer si negociamos los términos de un acuerdo “de no autoagresión” con nosotros mismos. Así, queremos conocer la actitud que tienes. ¿Cuáles son tus creencias con respecto al término trabajar? ¿Consideras que no te queda más remedio? Y es que, se dice que pocos son los que ejercen en lo que más les gusta.
Nuestra experta reflexiona y nos explica que todo es un craso error. Uno puede vivir sin trabajar. De hecho, nos invita a trabaja como si trabajases para ti mismo. Hazlo como si la vida te fuese en ello porque es la expresión de tu singularidad y de tu misión vital. Y si no te convence,… ¡Búscate otra cosa! Eso sí, recuerda que la solución no está en cambiar de trabajo sino en modificar lo que debas cambiar en tu interior. Ama tu trabajo o trabaja en aquello que amas. En cualquier caso, que nadie te obligue a trabajar. Es una opción. Porque ser mendigo, ladrón, ricachón o vividor es siempre una alternativa a trabajar decentemente.
En El secreto está en el genio, Lorena Pérez de Lothings y Victoria Miñana nos hablan acerca de que las redes sociales no están para volvernos locos. Quieren advertirte que debes apuntar a las redes online que más se ajusten a tu negocio. ¿Qué canales online se usan para llegar a tu clientela objetiva? También debes tener muy en cuenta la forma en la que te relacionas con tu clientela a través de estas redes. No todas sirven para el mismo propósito ni en todas está tu público objetivo. Además, Rose MacPherson, nos sorprende con alguna de sus sugerencias para alimentar nuestra alma, mente y corazón: La danza de amor de las hadas.
En Soy lo mejor que me ha pasado, la doctora, Ana Isabel González, médico homeópata, nos habla de cuando el médico se convierte en camello. Recurrir al médico como si fuese eso y que este entre en esta trampa es no asumir nuestras respectivas responsabilidades. Esforcémonos en comprender y gestionar con inteligencia nuestros miedos en vez de enganchar y engancharnos al alprazolam.