Twitter nunca ha sido una red segura. De hecho, hace aproximadamente un año, su por entonces CEO Dick Costolo, entonaba en ‘mea culpa’ en un post, al declarar, con respecto a este tema: “Somos penosos tratando el abuso y los trolls en la plataforma, y lo hemos sido durante años”. Un hecho que, como él mismo corroboraba: “No es ningún secreto. De hecho, el resto del mundo habla de ello cada día”. También confirmó que estaban trabajando para mejorarlo, o lo que es lo mismo, que iban a ponerse serios y a castigar a todos aquellos que se pasasen de la raya. Una advertencia que pocos se tomaron en serio, visto el ejemplo dado hasta la fecha.
¡Twitter se pone las pilas!
Pues bien, y ya con Costolo fuera, Twitter ha cumplido lo anunciado por su antiguo responsable. Lo hizo hace dos semanas y mediante una actualización profunda de su irrisoria política de comportamiento abusivo. Así, con el nuevo reglamento sobre la mesa, cualquier comportamiento que incluya acoso, intimidación o que busque silenciar a cualquier usuario será castigado de un modo severo. Unas normas que ya se han cobrado la primera víctima: el periodista Milo Yiannopoulos. Y lo ha hecho porque el redactor de Breitbart News se ha surtido de la red social para poner ‘de vuelta y media’ a las mujeres, con comentarios fuera de lugar además de participar, de un modo desafortunado, en tertulias como la del Gamergate.
Este, ni corto ni perezoso, ha puesto el grito en el cielo al considerar que lo que está haciendo Twitter no es callar una boca sino una opinión que resulta impopular, a pesar de ser compartida por bastante gente, por ser conservadora. De momento, la han puesto una equis a su cuenta y han retirado su ‘tic’ de verificación. Una primera medida a la que seguirá, seguramente, el cierre final de la cuenta, hecho que ha reabierto un debate tan antiguo como la vida misma: la libertad de expresión. Y es que, Twitter siempre se ha jactado de ser una plataforma en la que la norma es que, casi no hay normas. Esto lo han aprovechado desde famosos o diputados hasta usuarios rasos para verter sus opiniones sin filtro previo, las cuales son, habitualmente, despectivas.
La línea es realmente fina
Así, se plantea una duda milenaria… ¿En qué momento una opinión, que pueda no ser seguida por la mayoría, se convierte en un insulto? Porque si Twitter castiga a todos y cada uno de los usuarios que vierten ofensas contra otros, es muy posible que su número de adscritos se reduzca considerablemente. Sea como fuere, veremos si esto es un acto aislado (de momento hay alguno más del que los que se conocen pocos datos) o si es cierto que la Red Social se ha puesto las pilas al respecto.
¿Vetarías casos cómo estos?
En España, son muchos los personajes, conocidos y anónimos, que hacen de Twitter el espacio donde dejar caer sus opiniones, sin pensar ni un segundo en las consecuencias que estas puedan tener. Un ejemplo lo vemos en la piel del director de Periodista Digital, Alfonso Rojo, el cual ha llamado la atención por comentarios como estos:
Los retuits favoritos de Ada Colau y las ‘gorditas’ http://t.co/3n2OlwGj2v pic.twitter.com/KiZdxnKoSy
— Alfonso Rojo López (@AlfonsoRojoPD) abril 9, 2014
Había una vez… ¡un circo! Y era catabatasuno y estaba lleno de enanos https://t.co/ZP0BBsIZeq pic.twitter.com/REGIroypQl
— Alfonso Rojo López (@AlfonsoRojoPD) enero 11, 2016
Otro que se quedó bastante a gusto en esta red social fue Daniel Ceballos cuando era jugador del Betis. El futbolista no era fan ni de Cataluña ni de País Vasco y dejó constancia de ello.
Sin duda uno de los mejores tuits de la historia pertenece al mítico Don Daniel Ceballos pic.twitter.com/NTNlOdUGQ8
— 338 goles de CR7 (@ElMP7Blanco) agosto 1, 2015
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