El pasado 6 de enero la comunidad periodística venezolana celebraba con mucho júbilo el acuerdo tomado por los nuevos representantes de la Asamblea Nacional que los autorizaba a acceder con sus equipos audiovisuales al hemiciclo, luego de cinco años de “censura” por la anterior mayoría oficialista.
“Esta decisión de la plenaria de la nueva Asamblea Nacional reviste una enorme importancia para la democracia venezolana por cuanto restituye las garantías y el respaldo a los periodistas parlamentarios para cumplir a cabalidad su misión de obtener la información y transmitirla al pueblo venezolano. Esta dinámica comunicacional es la esencia de nuestra profesión, pues involucra fundamentalmente los derechos de libertad de expresión e información de la ciudadanía, sin los cuales no es posible la defensa y pleno ejercicio de todos los derechos políticos, económicos y sociales que consagra la Constitución”, decían en un comunicado las organizaciones Expresión Libre y Periodista y Punto.
Sin embargo, el recibimiento no ha sido tan bueno como esperaban. Una semana después de la medida, los periodistas han sido víctima de agresiones por parte de representantes y simpatizantes del actual gobierno.
Recibidos a tomatazos
Como si no fuera sencillo informar en las condiciones políticas actuales, los periodistas que llegaban este miércoles a cubrir la Asamblea Nacional fueron recibidos a “tomatazo limpio” por adeptos al oficialismo. Según contaron los reporteros, el grupo de chavistas que portaban pancartas con mensajes de apoyo a la bancada del gobierno y gritaban consignas contra el bloque opositor, les lanzaron hasta cohetes sin motivo alguno.
El periodista de la sección política del diario El Nacional, Alex Vasquez, y el fotoreportero Christopher Abreu, fueron algunos de los agredidos. A través de las redes sociales denunciaron lo vivido. En ocasiones anteriores, diputados y personal que labora en la Asamblea Nacional han sido impactados junto a los comunicadores con huevos y basura por los defensores del gobierno ante la mirada impávida de las fuerzas de orden público.
AHORA: Periodistas y presentes son atacados con tomates por grupos apostados alrededor de la Asamblea Nacional. pic.twitter.com/JzKfGs0pna
— Christopher Abreu (@AbreuReport) enero 13, 2016
A nuestra llegada a la Asamblea (y me refiero a la prensa) los chavistas nos lanzaron tomates y cohetes. Una muestra de tolerancia
— Álex Vásquez S (@AlexVasquezS) enero 13, 2016
Si preguntas lo que no debes, te fotografían los que no quieres
Esta frase podría resumir otra de las situaciones a las que tienen que enfrentarse los profesionales de la comunicación en Venezuela. La responsable es la Primera Dama y diputada Cilia Flores, quien ordenó a sus escoltas fotografiar a cualquier periodista que durante su comparecencia le preguntara por sus sobrinos detenidos en Estados Unidos por presunto tráfico de drogas.
A su salida del hemiciclo, la llamada “Primera Combatiente” respondía sin problema las cuestiones referentes a la Asamblea Nacional, el Partido Socialista Unido de Venezuela o el Tribunal Supremo de Justicia, pero cuando se le consultaba por los vínculos de sus familiares con el narcotráfico, Flores ignoraba al reportero e inmediatamente uno de los miembros de su anillo de seguridad sacaba su móvil y fotografiaba el rostro del responsable. Según datos del periódico El Nacional, más de cinco periodistas fueron “fichados”.
De acuerdo con un informe publicado por la asociación Espacio Público sobre la situación general del derecho a la libertad de expresión e información en Venezuela, en 2015 se registraron 287 violaciones a la libertad de expresión en el país, siendo el tercer año con mayor cantidad de denuncias en 14 años de registro. En todo este tiempo, los periodistas son las víctimas más frecuentes.
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