Lo que comenzó como una diversión, unos recuerdos comunes, un recordar las ‘batallitas de colegio’ se fue convirtiendo, casi sin que sus creadores se dieran cuenta, en un auténtico fenómeno que, en estos momentos, se traduce en uno de los grupos de Facebook más nutridos y participativos y que, por el momento, ha sido base para un CD, un juego de mesa y tres libros. Javier Ikaz y Jorge Díaz reciben a Destino Wonderland en la recreación de un típico salón familiar representativo de la década de los 80 que se llevó a cabo para presentar Yo fui a EGB 3, su nuevo trabajo.
Combinando la nostalgia con altas dosis de sentido del humor, recordando sin rubor costumbres, estilismos (cuando ni siquiera los llamábamos así), juegos, programas de televisión, rutinas, ambos autores nos plantean en esta ocasión un viaje a través de los cinco sentidos, demostrando una vez más que, aunque la EGB fue una realidad en España de 1970 a 1990, los que fuimos alumnos de aquel sistema educativo compartimos una memoria muy parecida que nos provoca sorpresa, alegría, codazos cómplices, de ahí que la comunidad virtual creada en torno a la etiqueta Yo fui a EGB siga creciendo día a día.
Todos guardábamos los juguetes en un tambor de detergente, echábamos alcohol a los rotuladores cuando se secaban, jugábamos en algún descampado, solar o similar, escuchábamos la misma música o posábamos en alguna foto con un cigarrillo entre los labios (que a veces era de chocolate, pero otras muchas era uno de los de papá -apagado, eso sí-). Esos y otros olores, sonidos, vistas, gustos y tactos aparecen en las páginas de Yo fui a EGB 3.
Gracias al arduo y constante trabajo de documentación y a la participación de los integrantes de la comunidad Yo fui a EGB que aportan fotografías, recortes, testimonios, evocaciones, tesoros guardados en el desván, en este volumen descubrimos que la Nocilla con sabor a fresa no es un mito, mientras que se desmontan otros muchos que los mayores nos hacían creer o leyendas urbanas en torno a personajes populares.
La nueva película de Quentin Tarantino, Los odiosos ocho, ocupa el tramo final del programa. Nominada en tres categorías para los próximos Oscar, destacamos la espléndida banda sonora del maestro Ennio Morricone, quien, aunque ya tiene un premio honorífico, podría ganar su primera estatuilla en competición con la que supone su sexta candidatura. Es un western que pasa de un escenario abierto y desértico a un espacio cerrado y asfixiante, con ecos de Diez negritos.
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