La situación está enrarecida en el diario de Pedro J. Ramírez. La semana pasada se oficializaban dos despidos que todavía siguen haciendo estragos en la redacción. De momento nadie sabe quién ha impulsado estas dos salidas -Ana Tudela de Economía y Salvador Carmona de Deportes- después de la férrea defensa que María Ramírez y Eduardo Suárez han realizado en público y en privado de los dos periodistas despedidos. Y es que cada vez se hace más patente la división que existe en el periódico entre los ‘influencers’ y la vieja guardia.
El Español nació hace seis meses con un pecado original. La propia María Ramírez, hija de Pedro J. Ramírez y subdirectora de El Español, ha reconocido que el proceso de selección de su equipo fue arduo y que duró al menos seis meses. Todo ello con el objetivo de contar con la mejor redacción posible. No obstante, en la conformación de la redacción intervinieron demasiados directivos construyendo dos grupos más o menos definidos.
En el primero de ellos encontramos a los profesionales de mayor experiencia, una decena de grandes plumas provenientes de El Mundo y fichadas personalmente por Pedro J. Ramírez. Este equipo acaparó los cargos directivos y asumió la coordinación de las secciones. Liderados por Fernando Baeta -el director del diario en la práctica ya que Pedro J. Ramírez está centrado más en labores de promoción del proyecto de cara a inversores- Ana Romero, Esteban Urreiztieta, Vicente Ferrer o ahora John Müller, entre otros, constituyen el núcleo duro del diario.
Muy triste. Una de las mejores periodistas de nuestra redacción. Autora de joyas como esta https://t.co/G8aSeALThV https://t.co/OKegSdQdYo
— eduardosuarez (@eduardosuarez) febrero 4, 2016
Pero dentro del resto de los 70 redactores también hay un grupo importante de profesionales que fueron fichados expresamente por María Ramírez y por su marido Eduardo Suárez. Y todos con un perfil más o menos similar: cercanos a redes sociales, modernos, blogueros, exploradores de nuevas narrativas. En definitiva la antítesis del resto de sus compañeros y del perfil que siempre ha buscado Pedro J Ramírez en su equipo.
Y las tensiones no tardaron en llegar. Los dos grupos han estado en permanente conflicto porque tampoco se ha terminado de resolver la bicefalia de la dirección en la que Fernando Baeta es el formalmente el adjunto al director pero María Ramírez no deja de intentar tener cierta influencia en los contenidos de El Español. Y esto se ha notado en pequeños roces que se han ido produciendo y que amenazan con estallar tras la salida la semana pasada de dos redactores protegidos por María y Eduardo.
Nos referimos a Ana Tudela –que tuvo gran eco mediático el viernes pasado- y a Santiago Carmona que fue despedido esas mismas fechas pero sin gran publicidad. Los dos periodistas anunciaron sus salidas en redes sociales como no podía ser de otra manera y casi de inmediato encontraron el apoyo de María Ramírez y de Eduardo Suárez. Suárez destacó en Twitter la capacidad de Tudela y Ramírez no dudó en calificar a Carmona como “un ejemplo de cómo se hace periodismo deportivo de otra manera. Con datos, sin poesía” al mismo tiempo que compartía el tuit de despedida del ex redactor de Deportes de El Español.
Un ejemplo de cómo se hace periodismo deportivo de otra manera. Con datos, sin poesía. https://t.co/GuD3PUadSZ
— María Ramírez (@mariaramirezNY) febrero 5, 2016
Los motivos de El Español para ejecutar los dos últimos despidos
Las explicaciones a la salida de Ana Tudela se encuentran en razones disciplinarias. No tenía una buena relación con su jefe directo Rubén J. Lapetra e incluso las fuentes consultadas por prnoticias dentro de la redacción indican que Tudela desoía constantemente las órdenes de Lapetra. En cualquier caso ha sorprendido y mucho al interior de la redacción que tanto María como Eduardo hayan desaprobado estas salidas y por tanto entendemos que se ha tomado la decisión sin su aprobación.
Todo este proceso les ha pillado por sorpresa de gira por Estados Unidos cubriendo las primarias de los partidos Republicano y Demócrata, por lo que todavía no se conoce de primera mano su reacción y las medidas que puedan tomar en relación a estos despidos. Y todo ello lleva a la novel redacción de El Español a preguntarse ¿quién manda? Si la subdirectora no aprueba dos despidos ¿Por qué estos se producen de igual manera?¿Hasta dónde llegará esta lucha soterrada?
Seguiremos Informando…
