Hace diez días la cadena privada catalana 8TV vivía una verdadera revolución tras la salida de su director Óscar Nogueira, el fin del programa de Sandra Barneda Trencadís y la cancelación de El Trident, el espacio deportivo de Alfonso Arús. Nogueira y Arús manifestaban públicamente su desacuerdo con Mediaset a quienes culparon de intentar controlar el canal desde Madrid sin tomar en cuenta la parrilla que el canal había consolidado en las últimas temporadas.
Mediaset compraba el 40% de 8TV en mayo de 2015 al Grupo Godó (editor de La Vanguardia y RAC 1) que conservaba el 40%. Godó, el grupo mimado de las subvenciones de la Generalitat y líder en todos sus soportes buscaba refugio en Paolo Vasile para intentar dar un impulso a una televisión a la que era imposible hacer sombra a la todopoderosa TV3. Y Vasile accedió a entrar en una cadena arruinada con una cifra de negocio entre 2010 y 2014 de unos 55 millones de euros, y unas pérdidas de alrededor de 20 millones.
En el sector se comenta que el desembarco de Vasile se produjo por el pacto político con Cataluña de no competir contra TV3 y de mantenerse fiel a los dictados de Generalitat, algo no muy difícil si se seguía el modelo prometido por el Consejero Delegado de Mediaset: hacer de 8TV una Telecinco catalana que no molestase al poder y que se centrara en contenidos más livianos, contrarios a lo que se estaba haciendo hasta esos momentos en la tele de Godó.
El Grupo Godó todavía tiene el 60% de 8TV
De esta manera, éste es el modelo que se ha intentado forzar precisamente tras la llegada de los “cuatro ejecutivos de Telecinco” que según denunció Óscar Nogueira fueron traídos “para hacer mi trabajo”. El problema es que este modelo está empezando a incomodar al Grupo Godó. Los directivos del editor de La Vanguardia están inquietos por los problemas que se han generado en la plantilla y por las quejas de sus anunciantes y cercanos.
Godó todavía tiene el 60% de 8TV y en teoría controlan la cadena. No obstante, desde la firma del acuerdo de colaboración con Mediaset cedieron de manera implícita el control editorial de la cadena. De hecho, la llegada de estos cuatro directivos ha dejado en claro que Vasile no quiere interferencias en su nuevo juguete catalán.
No obstante, en Godó no dan todo por perdido y quieren hacer recapacitar a Vasile para que la cadena pueda unir sus contenidos habituales y más respetados entre el universo cultural catalán a sus intentos de telecinquear a la cadena. Una tarea nada fácil en un momento en que toda la plantilla del canal está revolucionada y pide explicaciones a sus todavía dueños mayoritarios.
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