Sólo han pasado escasos tres meses desde que Mauricio Macri fuese nombrado presidente de Argentina. Pero ha sido en ese tiempo cuando se han producido cambios drásticos en su política exterior, rompiendo todo vínculo que le unía con el chavismo venezolano. Y la guinda del pastel ha sido el anuncio de que Argentina abandona definitivamente Telesur, horas después de que se diese por finalizada la visita del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Así lo manifestó Hernan Lombardi, ministro de Medios y Contenidos Públicos ya que “esta determinación va en línea con lo que nos hemos propuesto para los medios públicos, en términos de pluralismo y austeridad”.
Desde hace 11 años Argentina tenía un 16% del accionariado de Telesur, el proyecto televisivo iniciado por Hugo Chávez en 2005 que tuvo el respaldo de Néstor y Cristina Kirchner como alternativa a las cadenas privadas en español. Cuba y Uruguay son otros socios, que comparten sus acciones con Ecuador, Bolivia y Nicaragua, que son miembros desde 2007, mientras que Venezuela es el poseedor del 51% del accionariado del canal, del cual controla los contenidos que se difunden. Tras la salida de Argentina, se teme que otros países la sigan, aunque sólo Uruguay ha confirmado que continuará con el 10% de sus acciones.
El Gobierno de Macri ha iniciado los trámites legales para su retirada de Telesur, que puede durar hasta seis meses. La falta de pluralidad de los contenidos del canal, con sede en Caracas, es uno de los principales motivos de la salida de Argentina del proyecto. “Los contribuyentes argentinos no tienen por qué pagar algo que se ha transformado en un discurso unilateral” ha señalado Lombardi, cumpliendo con la exigencia del presidente Macri de “garantizar el pluralismo y que los medios sean estatales y no gubernamentales”. De este modo, Telesur dejará de verse en el país de manera pública, pero las plataformas privadas que quieran podrán incluirlo en su oferta.
La respuesta de la cadena Telesur a Argentina no se ha hecho esperar y en un comunicado oficial aseguran que “tienen una línea editorial de izquierda con audiencias en América Latina, América del Norte, el Caribe, Europa, Medio Oriente y parte de África, haciendo coberturas de la crisis de refugiados en el continente europeo, los desaparecidos en México, la guerra en Colombia, el bloqueo contra Cuba, asesinatos raciales en EE.UU”. Además defienden que “Telesur no es vocera de gobiernos, es la voz de los pueblos, es televisión en vivo y en red con evidencias documentales y noticiosas que, a pesar de las amenazas de gobiernos de derecha y aunque intentaron bombardearla, no ha dejado de transmitir”.
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