Alejandro Echevarría vuelve a UTECA. Otra vez. El Presidente de Mediaset fue uno de los fundadores de la patronal en 1998 y bajo su mandato se han aprobado leyes muy favorables para el sector. No obstante, estos logros son parte del pasado y en los últimos dos años la patronal ha vivido sus horas más bajas, sin relación entre sus miembros ni interacción con el Gobierno, UTECA se ha convertido en un organismo intrascendente.
UTECA está en la UVI. Es la opinión de la mayoría de los directivos del sector que ven como la entidad se ha marchitado en el último lustro, un periodo que ha coincidido además con el cierre de ocho canales de TDT por la sentencia del Supremo, la amenaza del cierre de otros nueve y un acuerdo privado para la retirada de esta demanda. Ha sido además una etapa en la que los dos grandes Grupos –Atresmedia y Mediaset- han roto definitivamente al interior de la entidad y donde las relaciones con Mariano Rajoy y el Ejecutivo prácticamente han sido inexistentes.
En este desolador panorama Alejandro Echevarría vuelve a UTECA. Lo hace por enésima vez y después de que en 2014 formara parte de una fugaz Comisión Gestora junto a Maurizio Carlotti para intentar desbloquear lo que por esas fechas era una guerra evidente entre los dos grandes grupos y con las dos sentencias del Supremo generando una enorme inestabilidad del sector. Echevarría vuelve precisamente para intentar resucitar a la patronal de la que fue miembro fundador.
El Presidente de Mediaset es una figura de consenso, respetada en el sector y que tiene la particularidad de prácticamente no contar con enemigos, algo casi imposible en el actual estado de la televisión en España. Echevarría es respetado en todos los círculos políticos y mantuvo una muy buena relación con María Teresa Fernández de la Vega cuando fue vicepresidenta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Echevarría tiene a su favor una impecable gestión en los años de mayores logros administrativos de la Televisión.
Hasta el año 2011 y bajo el mandato de Alechu, como se le conoce en el sector, se entregaron nuevas licencias a los miembros de UTECA, se logró que se aprobaran las fusiones entre televisiones y se consiguió la eliminación de la publicidad de Televisión Española (TVE). Mirado con perspectiva la gestión de Alejandro Echevarría en UTECA fue la responsable en gran parte del panorama actual que ha generado los enormes beneficios económicos que han cosechado los dos grandes Grupos de Comunicación, Atresmedia y Mediaset.
Unir a Atresmedia y a Mediaset, primer objetivo de Echevarría
No obstante, tras la salida de Alechu y la llegada de Rajoy todo se entrampó y se perdió completamente la interlocución entre las partes. Ni siquiera la fugaz vuelta de Echevarría en 2014 logró encauzar el rumbo ¿Qué puede cambiar ahora? Las fuentes consultadas indican que con la llegada de nuevos canales de TDT, más operadores y una aparente tranquilidad en el sector audiovisual, las relaciones con el Gobierno saliente –y el entrante- pueden ser mejores y en eso el Presidente de Mediaset tiene mucha experiencia.
En el comunicado de UTECA anunciando la de llegada Alejandro Echevarría a UTECA, la patronal de las televisiones demanda “una mejora de la seguridad y la estabilidad jurídica para afrontar los significativos tránsitos tecnológicos y regulatorios que afectan a la industria”. “Llego a la presidencia – señala Echevarría – para trabajar por una mayor seguridad jurídica y legislativa para el sector y por la equidad de las obligaciones impuestas a los operadores en abierto con otras plataformas de distribución, en concordancia con las circunstancias reales del mercado y la sociedad”.
Con todo, en el sector se considera que el primer reto de Echevarría es poner de acuerdo a los propios socios de UTECA, en especial a Mediaset y Atresmedia. Las diferencias entre los dos operadores impidieron que en 2015 se presentara el Libro Verde de la televisión con los datos más relevantes del sector. En UTECA se dijo que se esperaría a este año para que se lanzasen los nuevos canales de TDT, pero la realidad indica que por primera vez se suspendió la gran cita de las televisiones privadas, sin ninguna justificación coherente.
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