La FIP (Federación Internacional de Periodistas) ha dado la voz de alarma. ¿El motivo? Denuncian que el Gobierno de Brasil, interino en la actualidad, tiene pensado eliminar el servicio público de radiodifusión del país tras la consecución de los Juegos Olímpicos que se celebran desde el 5, y hasta el 21 de agosto, en tierras brasileñas. Para ello, según argumentan, están comenzando a realizar: “una serie de cambios perturbadores” en la EBC (Empresa Brasileña de Comunicación), los cuales se originaron, de forma inmediata, tras la llegada de Michel Temer al poder.
Un ejemplo de este presumible hecho descubierto por la FIP, se produjo el pasado mes de mayo, en el cual Ricardo Melo, Presidente de la misma EBC fue relevado de su cargo al igual que otros 12 periodistas, de los catalogados como “poco amigos” del Ejecutivo. Además, se eliminaron varios programas de televisión también en contra del mismo. Unos primeros pasos con los que el Gobierno, según la propia FIB trata de eliminar ese carácter independiente que rodea a la EBC, el cual no comulga con intereses privados y políticos.
Con todo, la FIB ha conseguido que tanto la ONU como la OEA (Organización de Estados Americanos) ya hayan calificado como “negativos” estos actos gubernamentales. El siguiente paso es conseguir la ayuda de la UNESCO a la que ya se han dirigido desde la Federación para que intermedie en este asunto y que trate de defender la democracia en los medios de comunicación brasileños. Además, también piden ayuda a los medios extranjertos presentes en la cita olímpica para que informen sobre este hecho y sobre las nefastas consecuencias que tiene el poner barreras a la democracia informativa.
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