La compra – venta de artículos online entre particulares se ha convertido en un negocio próspero tanto para los propios usuarios como para los amigos de lo ajeno. Y es que, los hackers cuentan con innumerables víctimas potenciales al ser un ámbito que no goza de unas herramientas de seguridad latentes que impidan sus acciones. De hecho, según un estudio de Tripacto, el 50% de los españoles ha sido víctima de uno de estos fraudes, lo que les ha llevado a elaborar una lista de esos patrones que, de ser localizados, deben hacer saltar nuestras alarmas…
De las gangas (exageradas) a las imágenes (de fácil acceso)
- En primer lugar, hablamos del precio. Si bien es cierto que éste suele fluctuar entre una empresa y otra, en lo relativo a un servicio, en algunas ocasiones puede desmarcarse demasiado, en relación a lo habitual. Es verdad que, al operar en Internet, las empresas se ahorran ciertos gastos pero, si la cantidad se separa excesivamente de la ofdertada por sus competidores… ¡Hay gato encerrado!
- Con el precio ya claro, el último paso de toda transacción es el pago. Lo normal es contar con las opciones de siempre, las habituales. Sin embargo, existen ocasiones en las que el vendedor nos ofrece otras alejadas de las anteriores. Desconfía. Lo mismo que si te solicita dinero por adelantado con la excusa de que sirve de garantía de pago ante el servicio que te ofrece. Es muy posible que estén intentando engañarte. Por ello, ten cuidado.
- La redacción, al igual que el diseño, puede ser sinónimo también de un acto fraudulento. Esto significa que, lejos de poder contar con una falta de ortografía esporádica, hemos de ver si tanto la promoción que nos engancha (el anuncio) como la comunicación que realicemos con el supuesto ofertante no parezcan sacadas de una plantilla, o lo que lo mismo, que no hayan sido elaboradas por un robot. El encontrar similitudes sospechosas, o un patrón, significa que estamos ante un fraude. Y si el texto es importante, lo mismo ocurre con las fotografías. Si nos enfrentamos a una oferta que cuenta con imágenes que fácilmente localizables en cualquier buscador y que, además, gozan de escasa calidad… ¡Cuidado!
- Muchas transacciones cuentan con intermediarios. Eso sí, si en mitad del proceso, te comunican que seguirá las negociaciones una tercera persona en el extranjero es que algo no es correcto. Ante esto, se recomienda, para no ser víctima del timo, comprobar la identidad del individuo a través de Google (u otro buscador) o en portales relativos al sector en el que te estás moviendo. De no encontrar referencias claras, es mejor que ceses y busques una alternativa de garantías.
- Y de igual modo que corroboras la identidad de la persona que te ofrece el producto o servicio, debes comprobar que cualquier plataforma online en la que navegas cuenta con carácter lícito. Y es que, la copia de webs está a la orden día ya que es una manera ideal de saltarse la desconfianza de la gente. Para nosotros, si suena la marca… ¿Para qué nos vamos a preocupar? Luego vienen los lamentos y, al ir a reclamar… ¡Voila! La página ya no existe.
Sin prisa pero sin pausa
En resumen. Si bien es cierto que seguiremos cayendo en las trampas de los ciberestafadores, debemos trabajar, tanto humana como técnicamente, para ponerles las cosas más difíciles.
Seguiremos Informando…
