“Los youtubers, esa nueva figura nacida en esta época que nos ha tocado vivir, la del mundo digital, las redes sociales y los influencers, comienzan a generar la misma atracción entre los jóvenes y niños que la que antaño hicieran otras profesionales como la de futbolista o cantante de rock”. Así comienza un post del blog de la agencia Grayling, en el que Blanca Salgado, la autora, reflexiona acerca de la reciente figura del youtuber.
Grayling utiliza la encuesta de Adecco, ‘¿Qué quieres ser de mayor?’, publicada recientemente, para mostrar la importancia y la influencia que estos personajes ejercen sobre el público, sobre todo los jóvenes. En ella, “los más pequeños opinan sobre su devenir laboral” y los resultados arrojan que “youtubers, probadores de videojuegos o gamers, community managers y blogueros son las nuevas profesiones que emergen en este estudio”. Se pone así de manifiesto “que la digitalización, además de cambiar la forma de hacer negocios y consumir, está transformando los hábitos de conducta, sobre todo entre los niños que han nacido y crecido entre tablets y smartphones”.
“Y no es de extrañar”, continúa Grayling, “puesto que estas nuevas estrellas mediáticas, están, en general bastante bien pagadas, siempre y cuando tengan un ejército de fans”. “Ya no se trata de aficionados a la red sino que ser youtuber se ha convertido en la empresa de millones de jóvenes en todo el mundo”.
Grayling indica que “en algunos casos, los de aquellos que han sabido construir lazos fuertes con sus suscriptores, este trabajo se llega a remunerar con cifras astronómicas. De hecho, Forbes, ya ha publicado una lista de youtubers millonarios, lo que permite hacerse una idea de cuánto dinero se mueve en este mercado”. Según la publicación, tal y como recoge la agencia, “el negocio generado por los top 13 youtubers mejor pagados del mundo asciende a 54,5 millones de dólares”. ¿Qué hacen para conseguirlo? Grayling lo revela: “Comentando videojuegos, haciendo comedia, ofreciendo consejos sobre belleza o coreografías de baile, cada uno de estos youtubers atrae a miles de fans que están dispuestos a comprar lo que ellos publicitan”.
Este, precisamente, “es su poder”. “Y las marcas, conscientes de ello apuestan por estos perfiles para llegar a su público, sobre todo cuando su target se encuentra entre grupos demográficos concretos como los Millenians o la llamada Generación Z, que utilizan en su día a día Internet, la herramienta más persuasiva y el medio de interacción más popular hoy en día”, añade Grayling, que profundiza: “Aprovechando su relación con el público (cercana, fresca y basada en la confianza) las marcas crean, en colaboración con ellos, campañas en las que cuentan historias, venden ideas e ilusiones”.
Es cierto que “las empresas pagan por la credibilidad y reputación de estas nuevas estrellas mediáticas”, ¿pero qué pueden hacer los consultores de Comunicación ante este nuevo panorama? Según Grayling, “nuestra labor como consultores debe centrarse en orientar al cliente a la hora de optar por un perfil u otro, realizando una selección cuidada y personalizada, con el fin de contar con el prescriptor que mejor se identifique con los valores de la marca y cuya audiencia esté alineada con la de la marca”. “El número de seguidores no debe ser el único criterio, también hay que tener en cuenta la interacción con los mismos, la fidelización de la audiencia e incluso la personalidad y valores que el youtuber transmite a través de los contenidos que genera”, concluye la agencia.
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