En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

Dejar de fumar es un reto de todos

Ayer, neumólogos, cardiólogos, médicos de Atención Primaria, enfermeras, farmacéuticos, psicólogos y organizaciones de pacientes, se reunieron en Dejar de fumar: un reto de todos. Recursos para promover la deshabituación, una jornada de encuentro y diálogo que se celebró en el Espacio Harley de Madrid. Esta iniciativa, impulsada por Fundación Más que Ideas, contó con la colaboración de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP); la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC); la Asociación Alfa 1 de España, de Afectados por el Déficit de Alfa-1 Antitripsina; Asociación Madrileña de Trasplantados Pulmonares y Familiares (Pulmón Madrid TX); CardioAlianza y la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER).

Diego Villalón, Presidente de Fundación Más que Ideas, destacó que “esta iniciativa pretende concienciar y formar acerca de las diferentes intervenciones de deshabituación tabáquica, de la mano de especialistas de una amplia diversidad de disciplinas sanitarias. No hay una estrategia que sea válida para todas las personas así que debemos conocer qué recursos son más recomendables para cada caso concreto”. La iniciativa contó con el aval de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC); la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), y con la colaboración de Pfizer.

Dejar de fumar es un reto de todos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es responsable de la muerte de casi 6 millones de personas al año en el mundo, de las cuales más de 600.000 no son fumadores, sino que están expuestos al humo que ocasiona. Además, es la primera causa aislada de morbimortalidad prematura prevenible y la estimación es que 50.000 personas en España fallecen al año por factores atribuibles al tabaco, destacándose un incremento anual del 7% en el consumo entre las mujeres. Con estos datos, se debe considerar el consumo de tabaco como un problema de salud pública a nivel mundial, siendo el principal factor de riesgo de muchas enfermedades como el cáncer o las enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Por tanto, ofrecer soporte a las personas que deseen abandonar el hábito tabáquico debe ser una prioridad para las autoridades sanitarias y las organizaciones del ámbito de la salud.

El tabaco es la droga más adictiva de las conocidas

“El tabaco es la droga más adictiva de las conocidas. La nicotina produce la dependencia física y tarda sólo 9 segundos en llegar al cerebro (menos de lo que tardan otras drogas que se administran por vía intravenosa), cuando esto ocurre se une a receptores que liberan dopamina y hacen que el fumador sienta una sensación placentera”, afirmó la Dra. Eva de Higes, neumóloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid, miembro del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y coordinadora del Grupo Emergente de Tabaquismo de la SEPAR, en la ponencia inaugural que tenía por título Tabaco y condicionantes físicos, emocionales y sociales de la deshabituación y que sirvió de marco introductorio de la jornada.

El valor del consejo sanitario

“El fumador no es consciente de tener un problema de salud” comentó María Soledad Casasola, enfermera y jefa del Servicio de Atención al Paciente del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y colaboradora del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), resaltando que “normalmente, los fumadores tienen un gran desconocimiento sobre los efectos nocivos del tabaco y los beneficios que obtendrían al abandonar el consumo, de ahí la importancia de un consejo sanitario que informe sobre estos dos aspectos.” En este sentido, Casasola destacó que los enfermeros tienen un papel esencial al ocupar una posición privilegiada en la relación con los pacientes ya que cuentan con mayor número de oportunidades de facilitar un consejo sanitario en sus consultas.

La charla principal de la jornada contó con la participación de Pedro Aguilar, psicólogo del Departamento de Prevención y Promoción de la Salud de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC); la Dra. Regina Dalmau, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid y Presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT); la Dra. Eva de Higes, neumóloga; el Dr. José Luis Díaz-Maroto Muñoz, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y Coordinador Nacional del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); Leire Gaztelurrutia, farmacéutica comunitaria en Barakaldo y responsable de Tabaquismo en el Grupo de Respiratorio de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC); el Dr. César Minúe, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y representante del Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFyc);  Raquel Nieto, representante de la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER); y María Soledad Casasola, enfermera, quienes dialogaron en torno a las buenas prácticas en las intervenciones de deshabituación tabáquica, así como a las principales dificultades con las que se encuentran los fumadores durante las mismas.

La Dra. Eva de Higes afirmó que los profesionales que se dedican a la deshabituación tabáquica, en general, “recomendamos el intento de abandono del tabaco con la ayuda de tratamiento farmacológico, salvo en pacientes en los que haya alguna contraindicación para su uso” añadiendo que se debe a que “mejora significativamente el síndrome de abstinencia y, por tanto, aumenta las posibilidades de abandono del tabaco”. La principal dificultad de una persona para dejar de fumar, “a corto plazo, es el malestar físico de los síntomas de abstinencia” afirmó Pedro Aguilar y añadió que “a largo plazo, la principal dificultad es la dependencia psicológica; basada en creencias como que fumar ayuda al afrontamiento diario de dificultades, relaja, activa, proporciona placer o facilita y potencia las situaciones sociales de ocio. Es decir, el error de situar al tabaco como protagonista de nuestra interacción con la realidad y del diálogo con nuestras propias emociones.”

Se resaltó durante la charla que una vez el fumador entra en la fase de abstinencia y para evitar las temidas recaídas, es fundamental planificar su prevención. En este sentido, la enfermera Casasola recomendó que la prevención se haga desde el inicio del proceso de abandono, determinando los factores de riesgo para el individuo, y desarrollando y entrenando estrategias para evitar que estos factores actúen negativamente en el mantenimiento de la abstinencia. El fumador y su entorno deben tener en cuenta que las principales causas de recaídas son los estados anímicos y emocionales, tanto los negativos (ansiedad o depresión) como los positivos (celebraciones, acontecimientos familiares o sociales, etc.), así como la presión social.

Raquel Nieto, representante de la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER) resaltó que “la falta de apoyo es una gran dificultad para el fumador, por eso el trabajo de las asociaciones es importante, porque le dan cobertura haciendo de su reto algo común en el resto del grupo, como un equipo que facilita los malos momentos. También son la plataforma para poder estudiar y ampliar las verdaderas necesidades y los avances de ciertas terapias”, añadiendo que “dejar de fumar es reto de toda la sociedad, no solo de los fumadores, porque todos salimos beneficiados”.

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