La financiación de RTVE es un tema que el nuevo Gobierno tiene en su agenda. Así lo ha reconocido el ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, en una entrevista concedida ayer en Herrera en COPE. “Ese es un tema que yo tengo en la agenda, pero del que todavía no tengo respuesta”, dijo preguntado sobre la eventual vuelta de la publicidad a la Corporación pública. Lo que sí reconoció públicamente es que TVE tiene un serio problema de déficit, “vamos a verlo”, afirmó.
Iñigo Méndez de Vigo no ha dado muchas pistas pero ha confirmado una máxima en la que todo el sector coincide: el actual sistema de financiación de RTVE es insostenible y así lo han dicho en sucesivas declaraciones el actual director de TVE Eladio Jareño, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) y la propia Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), empresa pública que es accionista mayoritario de TVE.
No obstante, son pocos los que se aventuran a dar soluciones y respuestas respecto de los cambios que necesita el sistema. En 2010 se aprobó una Ley que cambiaba radicalmente la financiación de RTVE y prohibía la publicidad comercial en la naciente Corporación. A cambio, su financiación se centraba en aportes estatales y de las operadoras de televisión y de telecomunicaciones. No obstante, la crisis redujo considerablemente la partida del Estado y diferentes litigios por la metodología de cálculo han menguado también los ingresos privados.
El resultado es que el nuevo sistema de financiación de RTVE ha resultado un absoluto fracaso. Cuando la cadena se convirtió en Corporación, el extinto Ente fue cerrado con una deuda cercana a los 7.000 millones de euros, un desequilibrio que asumió el Estado precisamente para que la nueva era de la televisión pública comenzase en 2010 libre de deudas. No obstante, en sólo seis años se han acumulado pérdidas por valor de 468 millones de euros, tras sucesivos desequilibrios que tocaron techo en 2014 con 134 millones de pérdidas solo en un año.
Más patrocinios y branded content
En este punto las propuestas son muchas, pero el PP y Moncloa ya están pensando en aplicar un paquete de soluciones mixtas una vez que se nombre al nuevo Presidente que sustituya a José Antonio Sánchez. Estas soluciones pasan por la vuelta de la publicidad a RTVE, pero solamente en algunas franjas, como por ejemplo el prime time, lo que vendría acompañado del refuerzo o la liberalización de los patrocinios culturales y ampliar el branded content de los programas.
En Moncloa son conscientes de la serie de limitaciones que TVE tiene para poner en marcha este tipo de formatos y patrocinios y podrían facilitar su flexibilización. Estaríamos hablando de un sistema de financiación de RTVE mixto, en que se apostaría por una publicidad selectiva que seguiría conviviendo con las aportaciones estatales un poco más reducidas. El futuro de las aportaciones privadas está todavía en el aire, pero las privadas ya han avisado que si vuelve la publicidad a la Pública, ellos no están dispuestos a seguir pagando el actual canon.
La aea pide la vuelta de la publicidad
Pocas horas después de que el Ministro de Cultura indicó que la financiación de TVE es un tema que tienen en agenda, la Asociación Española de Anunciantes (aea) ha vuelto a exigir el retorno de la publicidad a la Corporación. Los anunciantes quieren más actores para poder obtener precios más bajos por los anuncios que compran en televisión, algo que sin embargo no es del agrado de las privadas. De hecho, las cadenas agrupadas en UTECA enviaron en verano un nuevo comunicado advirtiendo expresamente que la vuelta de la publicidad a TVE sería un gran error. Lógicamente las privadas quieren menos competidores en la distribución de la tarta publicitaria.
Del lado de los costes, también está sobre la mesa un ERE que pueda ajustar de una vez por todas, la parrilla de RTVE a las necesidades actuales de una televisión. En la SEPI advierten de que sería necesario un recorte a los actuales 6.000 empleados de RTVE y algunas fuentes cifran estos ajustes en al menos un tercio de la actual plantilla. Pero hasta ahora ninguna administración se ha atrevido a abordar el tema con seriedad y plantearse algunas reestructuraciones tras el último ERE que hace sólo diez años despidió a más de 4.000 trabajadores del Ente Público.
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