Mucho se está hablando del anuncio que ha hecho para Adidas un estudiante de cuarto curso de publicidad, y que acumula ya casi 9 millones de visualizaciones en Youtube, cuando ni siquiera está en el canal oficial de la marca –es un anuncio no oficial realizado por el joven para darse a conocer-. De hecho, en dicho canal oficial, se encuentran publicados videos que protagonizan famosos futbolistas de equipos de primera división, como Gareth Bale, que no llegan ni a las 100.000 visualizaciones.
¿Cuál es el secreto de este éxito? Sencillo, el contenido del spot. Saber contar historias es mucho más relevante que el famoso que te las cuente. Eugen, de 26 años, ha sabido atrapar un sentimiento que invade a las personas mayores. Les vemos contar las horas del día y lamentarse de que ya no son lo que fueron, sin saber muy bien cómo aliviar esa carga de la espaldas de nuestros seres queridos. Toda esta producción, ha sido realizada sin el presupuesto que cuentan las grandes agencias. Demostrando así, que son más valiosas las ideas que los medios para hacerlas realidad.
La emoción es lo que mueve al ser humano, reflejar esta y saber responder a una necesidad emocional, para el discurso de una marca, es excelencia publicitaria. El trabajo de Eugen Merher queda también reflejado en este otro anuncio –falso- para Nivea en el que atrapa el instante donde un niño da su primer paso, haciendo un paralelismo con el primer paso en el cuidado de la piel y convirtiendo un producto en un objeto de consumo “de la cuna a la tumba”.
Con pocos recursos es capaz de reflejar con calidad cinematográfica sensaciones como la de sentirse observado o la necesidad de impresionar, y convierte esas pequeñas inseguridades en triunfos al final de sus anuncios, que por desgracia no están hechos para ninguna marca realmente, es creatividad sin dueño y sin briefing, y por tanto, la más libre de todas.
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