El dolor en niños, al igual que en adultos, afecta a todos los niveles. Su impacto y extensión llega a varios grados: emocional, social, económico y laboral, afectando también a familiares que se ven involucrados en esta realidad. “Se calcula que en torno al 30% de los niños experimenta algún tipo de dolor cónico; en los más pequeños es más común que se infravalore su malestar considerando su dolor como una cuestión asociada al crecimiento”, ha apuntado el profesor Jordi Miró, director de la Cátedra de Dolor Infantil Universidad Rovira i Virgili-Fundación Grünenthal y director de la I Jornada Nacional de dolor infantil: La atención a los niños y jóvenes con dolor y sus familias: un deber inexcusable, celebrada en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
“Los adultos nos comportamos de manera diferente a los niños, ellos perseveran e intentan continuar con su día a día a pesar del dolor. Es común que la incredulidad o la incomprensión por parte del entorno social, escolar y familiar hagan que al dolor infantil no se le dé la importancia ni se le otorgue la gravedad que tiene realmente el problema del dolor infantil”, ha explicado Francisco Reinoso-Barbero, coordinador médico de la Unidad de Dolor Infantil del Hospital Universitario La Paz de Madrid, y codirector, junto con Jordi Miró, de la Jornada.
Retos del abordaje del dolor infantil
El coordinador médico de la Unidad de Dolor Infantil ha subrayado que “el manejo del dolor infantil se perfila como un auténtico reto social, ya que hay que tener en cuenta la variabilidad clínica que suponen los cambios cronobiológicos (no es lo mismo tratar a un lactante que a un adolescente), las causas (el dolor asociado a una enfermedad concreta, como el dolor oncológico, por ejemplo, frente al dolor primario) y el propio curso de la enfermedad en una población tan heterogénea”. Por ello, otro de los desafíos, en opinión del Dr. Reinoso-Barbero, pasa por “lograr un manejo multidisciplinar, que implique a distintas especialidades coordinadas y articuladas en unidades asistenciales específicas”. En este sentido, el profesor Miró ha destacado que “se ha mejorado y avanzado mucho en el abordaje de esta patología en niños, pero aun así, nos queda mucho camino por recorrer”.
Por su parte, los profesionales concentrados han insistido en la necesidad de crear más unidades de dolor infantil, así como en la relevancia de diseñar e implementar programas específicos para el manejo del dolor infantil en los hospitales. Además han coincidido en resaltar que el futuro de un correcto abordaje del dolor entre los más pequeños pasa por una clara identificación epidemiológica, sus problemas y repercusiones; por el desarrollo de las herramientas adecuadas de valoración del dolor, imprescindibles para su tratamiento; por el establecimiento de guías clínicas eficaces, y, muy especialmente, por determinar las opciones terapéuticas más adecuadas en función de las características y del perfil de cada paciente. “Hasta el momento, la tendencia ha sido adaptar intervenciones efectivas en adultos. En algunos casos han funcionado, pero en otros no han funcionado. Por tanto, el reto reside en averiguar qué tratamiento es más adecuado para que persona; identificar qué factores influyen en la eficacia de los tratamientos para poder diseñar mejores armas terapéuticas para la población infantil”, ha comentado al respecto el profesor Miró.
Primera jornada de estas características
El comienzo de esta iniciativa, organizada por la Cátedra de Dolor Infantil Universidad Rovira i Virgili-Fundación Grünenthal y el Hospital Universitario La Paz de Madrid, surge de la necesidad de unir en un mismo foro a todos los agentes involucrados en el manejo del dolor infantil, para analizar y debatir los próximos pasos a dar conjuntamente en el abordaje de este problema.
En esta ocasión han participado representantes políticos de distintas comunidades autónomas, sociedades científicas y profesionales clínicos e investigadores. “Reunir a todos los agentes implicados en el abordaje del dolor infantil, nos ha permitido dar visibilidad a este problema, abordar temas específicos sobre dolor en poblaciones concretas y plantear nuevas técnicas y métodos terapéuticos”, ha subrayado el profesor Miró, quien ha destacado la presencia de representantes autonómicos en esta jornada. “Esta jornada pretende ser la primera de muchas actividades similares que permitan seguir avanzando en esta realidad que afecta a tantos niños”, ha recalcado el Dr. Reinoso-Barbero.
Premio a la labor contra el dolor infantil
Por tercera vez, y coincidiendo con la Jornada, se ha entregado el Premio a la labor contra el dolor infantil, de la Cátedra de Dolor Infantil URV-FG. En esta edición, el galardón ha recaído en el proyecto Unidad del color, un trabajo presentado por Raquel Torres, Paula Gómez y Eva del Ara Muñoz, del Hospital Universitario La Paz, Madrid. “Con este proyecto, Unidad del Color, hemos adaptado y transformado los espacios y entornos en los que tiene lugar el tratamiento del dolor.
A través de diferentes colores y de un uso especial de la luz, las habitaciones llegan a convertirse en un bosque lleno de mariposas, lo que les transporta, a los pacientes pediátricos, a un mundo diferente a lo que ellos entienden por hospital. Este entorno influye de manera positiva en su percepción del dolor”, ha resaltado Raquel Torres.
El jurado del premio ha distinguido además dos proyectos finalistas: PAINAPPLE. Aplicación electrónica para el manejo del dolor agudo en pediátrico. Desarrollo, validación y evaluación, presentado por Ernesto Martínez, Patricia Catalán y Julio Alberto Mateos, del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, Madrid; y Validación de la escala de analgesia pediátrica y de la escala de sedación pediátrica para procedimientos del Hospital Universitario Niño Jesús y de la escala de Ramsay para procedimientos en pediatría”, desarrollado por David Lozano, del Hospital General La Mancha Centro, Ciudad Real.
El fin de estos premios es contribuir y fomentar el conocimiento del problema que representa el dolor infantil. Convocado por el grupo ALGOS y la Fundación Grünenthal, el premio trata de ayudar a la sensibilización y concienciación social sobre el impacto del dolor en los más jóvenes y de los problemas que provoca a todos los niveles. “El premio se creó con la intención de dar visibilidad a este tipo de acciones, y así impulsar el estudio del dolor infantil, y fomentar y mejorar la atención que reciben estos niños y jóvenes, así como sus familiares y cuidadores”.