El 23% de las personas en nuestro país son fumadoras de tabaco, una cifra que aumenta en el caso de los pacientes con trastornos mentales y da lugar a la patología dual (coexistencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental). En el caso de las personas con trastorno bipolar aumenta hasta el 50%, y en el caso de los pacientes con esquizofrenia alcanza al 75%. En la actualidad, es muy frecuente asociar los trastornos mentales a la adicción al tabaco. Según los expertos, esto tiene un correlato biológico ya que al fumar se libera nicotina, un neurotransmisor que puede hacer que los síntomas cognitivos sean menores.
“Se trata de un beneficio a nivel subjetivo, los pacientes suelen coincidir en que, cuando fuman, se encuentran mejor, se tranquilizan, logran concentrarse e incluyo para algunos puede aliviarles los efectos secundarios de los fármacos”, apunta el doctor Luis Gutiérrez, del Complejo Hospitalario de Granada, durante el I Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD) y el V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que se está celebrando en Madrid.
Los efectos del tabaco podrían resultar ciertamente beneficiosos a corto plazo, pero al igual que en el resto de personas sus efectos negativos son devastadores, según los expertos. “Los daños físicos del tabaco en estos pacientes también tienen que ver con procesos oncológicos, patologías pulmonares, dermatológicas, lesiones odontológicas, problemas de esterilidad, etc., además de desencadenar en una muerte prematura”.
De otro modo, el experto incide en que las consecuencias a nivel psíquico son también muy importantes, ya que son un factor de muy mal pronóstico porque están más asociadas a mayores recaídas y a menor eficacia de los fármacos, sintomatología más aguda, etc. Así, el doctor Gutiérrez manifiesta: “Un estudio publicado este año concluye que en el caso de los pacientes con esquizofrenia adictos al tabaco la esperanza de vida se reduce unos 28 años”. Además, estos pacientes duales fuman con más intensidad. A pesar de esto, el Dr. Gutiérrez recalca la importancia de concienciar tanto a profesionales, como a pacientes de la necesidad de que estos pacientes se los trate integralmente de la patología dual.
El cannabis, la droga ilegal más consumida en Europa y Estados Unidos
La doctora Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos, asegura que el cannabis “es, sin lugar a duda, la droga ilegal más consumida en Europa y América del Norte”. De este modo, en el marco del congreso, la doctora ha explicado: “En términos generales, el cannabis y muy especialmente su consumo en edades tempranas es un factor muy relevante que influye de manera directa en el desarrollo de cerebro y de sus funciones”, y ha añadido que sufrir una enfermedad mental es, en general, el riesgo más alto para el consumo de drogas, incluido el cannabis.
El THC (la sustancia psicoactiva del cannabis) es el elemento fundamental que interfiere y perturba el sistema endocannabinoide y un amplio número de neurotransmisores imprescindibles para el correcto funcionamiento cerebral. “La interacción entre el THC y este sistema puede desencadenar en numerosos efectos negativos como problemas de aprendizaje y de memoria, funciones motoras, mayor riesgo de psicosis y, por supuesto, adicción”, ha señalado la directora del NIDA.
Según los profesionales, durante la pasada década se ha producido un enorme avance en la comprensión de los complejos circuitos que funcionan detrás de las enfermedades mentales. “Este nuevo paradigma de compresión y análisis de estas patologías nos ha abierto una ventana y es aún más importante cuando hablamos de patología dual. Esta nueva realidad nos va a permitir seguir desarrollando estrategias de tratamiento y abordaje holísticas y globales”, comenta la doctora Volkow.
El 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufren algún trastorno mental grave durante el consumo
El comienzo de consumo de cocaína se sitúa en 21,3 años y son los hombres jóvenes el perfil más común en el consumo de esta sustancia. De hecho y según afirma la doctora Lara Grau-López, del servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron: “El 6% de los varones de entre 25 a 34 años ha consumido cocaína en el último año, mientras que en las mujeres de la misma edad sólo han sido el 2,2%”.
Las personas dependientes de cocaína presentan a menudo, según la experta, síntomas depresivos que incluso cumplen criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor. “De este modo, puede asociarse a trastornos de ansiedad como crisis de angustia, o síntomas comunes con fobia social, ansiedad generalizada o trastorno de estrés postraumático. Además, es habitual que estas personas sufran síntomas psicóticos asociados”, explica la experta.
De este modo, la doctora añade que el 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufre algún brote psicótico en algún momento del consumo. “La psicosis cocaínica (o inducida por cocaína) es una de las complicaciones psicopatológicas más frecuentes y de mayor gravedad relacionadas con su uso. Lo más característico es la sintomatología paranoide, ideas delirantes autorreferenciales de perjuicio, persecución o celotípicas, con el consiguiente sentimiento de amenaza y episodios de auto o hetero-agresividad”. Apunta la doctora Grau-López.
Durante el congreso se van a presentar datos y estudios sobre el abordaje que se debe realizar en dichos pacientes y es que, tal y como apuntan los especialistas, el futuro del tratamiento a la adicción a la cocaína debe ir enfocado a tratar a los pacientes duales adictos a la cocaína de manera integral, “es decir, en centros donde se trate de manera específica tanto la adicción a la cocaína como el trastorno psiquiátrico comórbido a la adicción”, resalta la experta.