“El diálogo con EE.UU. es posible, pero sólo a través del respeto mutuo, la igualdad y la no intervención en los asuntos internos del otro”. Así se ha manifestado Sergey Melik-Bagdarasov, ministro consejero de la Embajada rusa en España, durante la última sesión del Aula de Liderazgo Público de MAS Consulting que llevaba el título de ‘Washington-Moscú: Las nuevas reglas del juego en el tablero internacional’.
El diplomático ruso compareció flanqueado por Daniel Ureña, socio y director general de MAS Consulting Group y coordinador del Aula de Liderazgo Público, y Virginia Ródenas, Directora Académica del PIES (Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad). Y lo hizo el mismo día en que se conoció que Vladimir Putin y Donald Trump habían mantenido una conversación telefónica en la que se citaron para celebrar un encuentro a principios de julio en la reunión del G-20 en Hamburgo (Alemania).
Ródenas presentó a Melik-Bagdarasov describiendo un mundo cambiante en el que el objetivo de la inteligencia económica es, precisamente, “conocer más para poder anticiparse a las amenazas y cambios” y, ante la noticia de la conversación entre Putin y su homólogo estadounidense, preguntó si asistimos a un cambio de escenario dirigido a dejar atrás las tensiones bilaterales.
El Ministro Consejero de la Embajada rusa en España recogió el guante y señaló el que iba a ser uno de los pilares fundamentales de su intervención: la gran diferencia entre la Administración Obama y la encabezada por Donald Trump, que “quizás ganó las elecciones por escuchar a toda esa gente que veía cómo el discurso político se había alejado de sus necesidades”.
Pero, antes de entrar en materia, Melik-Bagdasarov quiso dejar claro que el papel de su país siempre ha sido el de intermediador, acudiendo a la Historia para esbozar, por un lado, cómo Rusia ha buscado el equilibrio en los conflictos y, por otro, cómo desde el siglo XIX y la primera guerra de Crimea ha existido una corriente propagandística en Occidente dirigida a oscurecer y enturbiar la imagen internacional de su país.
El diplomático describió el escenario internacional actual como “un mundo en transición en el que el paradigma bipolar ha dejado de existir”. En este contexto, Melik-Bagdasarov enfatizó que, en dicho escenario, “Rusia es un actor responsable y fundamental” cuyo papel continúa creciendo. Ante el fracaso del intento de Occidente de “imponer un mundo unipolar”, como lo describió, el teatro internacional transita hacia la multipolaridad con numerosos centros de influencia: algunos de ellos decadentes, otros consolidados y varios de reciente irrupción.
En una situación así, continuó el Ministro Consejero, mientras “Estados Unidos ha mantenido su pretensión de actuar como una especie de policía mundial“, el mundo se ha ido haciendo cada vez más peligroso, con nuevas amenazas globales que, enfatizó, “deben atajarse de forma conjunta y multilateral”, citando como ejemplo la situación de Siria y afirmado: “Si todos unimos esfuerzos, el Daesh tiene los días contados”.
De nuevo contraponiendo la actitud de Moscú con la Administración Obama, Melik-Bagdasarov señaló que “la aspiración de Occidente de imponer su punto de vista al ámbito global añade aún más tensión“. Hasta ahora, aseguró, ha habido dos tendencias en el tratamiento de su país desde Occidente: una -encabezada por el antecesor de Trump en el Despacho Oval- dirigida a despreciar a Rusia; y, otra, con el objetivo de describir a su país como un ente oscuro. Ante esto, reivindicó el Ministro Consejero, Rusia se ha mantenido en un papel de “árbitro estabilizador y contenedor de las tensiones mundiales”.
Tras describir claramente a Obama como el causante de una situación de tensión total con Rusia, el diplomático introdujo que su sucesor “parece que quiere cambiar las cosas“, aunque el hecho de que aún no haya conseguido poner en marcha su propio equipo lo hace difícil pues, aclaró, “aún están en sus puestos los hombres de Obama”.
Pese a asegurar que “las relaciones Rusia-EEUU no pueden estar peor que ahora”, Melik-Bagdasarov matizó que parece que puede haberse iniciado un cambio. El Ministro Consejero explicó que en su conversación telefónica Putin y Trump pusieron encima de la mesa dos focos de conflicto muy importantes y de futuro incierto: Siria y Corea del Norte.
En cuanto al primero, el diplomático reiteró que “Rusia está hoy más abierta al mundo que nunca”, que su país considera “la diversidad como uno de los tesoros más importante del mundo”, que por ello quiere un mundo multipolar y que el “principio básico” de la política exterior rusa es “resolver los conflictos internacionales con el diálogo“. “No buscamos enemigos”, enfatizó.
En este sentido, reconoció, “parece que ahora Washington muestra interés en cooperar en una iniciativa mundial contra el terrorismo“, aunque al mismo tiempo, contrapuso, el despliegue de tropas estadounidenses y del escudo antimisiles en Corea del Sur, lejos de aliviar, añade aún más tensión a la zona.
Tras su ponencia, el diplomático ruso contestó varias preguntas del público asistente sobre el futuro electoral de Francia -“somos realistas, va a ocurrir lo previsto”-, el devenir de la Unión Europea -“por supuesto que queremos una UE unida y fuerte, sobre todo en lo económico”-, Ucrania -“Crimea es hoy una parte inalienable y fundamental de Rusia”- y Venezuela -“se tiene que imponer una solución”-.
La sesión ha servido para presentar la 6ª edición del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES), que comenzará el próximo 12 de mayo.
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