Recorrer grandes distancias en tan solo unas horas puede producirnos algunas incomodidades derivadas de los cambios horarios. Nuestro reloj biológico, gobernado por la luz del día, controla los tiempos de sueño y actividad, siendo este ciclo de sueño – vigilia (ritmo circadiano) una constante en nuestras vidas. Por lo general, cuando viajamos de un continente a otro en avión nuestro organismo se resiente y sufrimos el conocido jet lag o síndrome transoceánico.
¿Qué es este síndrome y cuáles son sus síntomas?
El jet lag se produce cuando atravesamos varios meridianos en un vuelo prolongado, ya que el reloj biológico no está sincronizado con el horario local y nuestro ritmo circadiano necesita tiempo para adaptarse al nuevo horario. Esta sensación de desfase horario puede producirse tanto si viajamos al este como al oeste, aunque aumenta cuanto mayor sea la diferencia horaria entre el punto de partida y el de destino.
Rosa Raventós, del departamento de Innovación y Desarrollo de producto de Uriach, comenta que algunos de los síntomas más comunes de la disritmia circadiana son “el dolor de cabeza, problemas de sueño, falta de apetito, ansiedad, deshidratación, cansancio extremo, fatiga…”. Además, la experta comenta que “el sexo, la edad, la condición física o el hábito de viajar pueden hacer variar estos síntomas, ya que cada organismo se adapta al nuevo horario a un ritmo diferente”. De la misma forma, “algunas personas pueden dejar de sentir sus molestias en horas y otras pueden sufrirlas durante varios días”, según Raventós.
Consejos para combatir el desfase horario
Rosa Raventós afirma que “cambiar los hábitos unos días antes de emprender el viaje es altamente recomendable para disminuir los efectos del jet lag”. Asimismo, “es importante dormir todo lo que sea posible, evitar el estrés, mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico”. Diferentes especialistas en sueño recomiendan, también, adecuar paulatinamente el reloj biológico antes de viajar: acostarse y levantarse un poco más temprano si viajamos al este; y acostarse y levantarse más tarde si viajamos al oeste.
La fatiga, el alcohol y la cafeína empeoran la sensación de desajuste horario, por lo que conviene evitarlos. Se debe descansar antes y durante el viaje, no beber alcohol y limitar las bebidas con cafeína porque puede dificultar el sueño.
Una vez embarcados, Rosa Raventós aconseja “cambiar la hora del reloj ajustándola al horario de destino con el fin de que el cuerpo tenga una adaptación gradual durante el vuelo”. De la misma forma, “debemos respetar el nuevo horario de destino, evitando dormir por el día y esperar a la llegada de la noche”.
En todos los casos, la melatonina, hormona implicada en la regulación del ciclo sueño – vigilia, puede ayudarnos a combatir el jet lag. De esta manera, Aquilea ha desarrollado un complemento alimenticio, Aquilea Melatonina, perfecta para personas con desajustes horarios derivados de la descompensación horaria o de turnos nocturnos de trabajo, ya que ayuda a conciliar el sueño. Un producto compuesto por melatonina, que contribuye a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño y a prevenir el jet lag, y vitamina B6, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso. Los expertos recomiendan tomar el primer día del viaje 1 comprimido por la noche, antes de acostarse; y repetir la toma durante varias noches. Aquilea Melatonina® no genera adicción.