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Atribuyen a Martin Luther King que ante las reivindicaciones de que los “negros” deberían vivir como los “blancos”, él resolvía diciendo que los “negros” deberían aspirar a vivir bien, y los “blancos” también, ya que consideraba que estos últimos no tenían buena calidad de vida y no suponían un ejemplo a seguir para la comunidad “negra”.
En base a esto, la transformación social sobre el género que estamos experimentando debe poner más énfasis en el cambio de las “reglas de juego”, y no tanto en la lucha de “arrebatar posiciones”.
Desde el coaching nos centramos en las competencias que ya traemos y en la apertura a un mundo de nuevas posibilidades, en hacer lo mejor posible con la vida posible, en provocar que sucedan las cosas, y no tanto en la espera de ver si suceden (actitud).
Para caminar hacia el mundo de lo posible, hemos de dejar cosas difíciles de compatibilizar y que no hacen sino aportar sufrimiento a lo que debería ser liberación, desarrollo etc. Y esto no está siendo tarea fácil.
Es frecuente encontrar mujeres que intentan vivir todos los “roles” con el ánimo de conservar y sostener lo antiguo y lo nuevo. Dicen saber distinguir perfectamente el valor de poner PRIMERO LO PRIMERO, sabiendo subrayar sus prioridades y aplicarles la intensidad que les corresponde. Y, sin embargo, aun evidenciando en su conversación que tienen clara su escala de valores, en la práctica ponen lo que es PRIMERO, lo TERCERO… o lo ÚLTIMO en algunos casos, y normalmente declaran que, por condicionamientos sociales, NO PUEDEN VIVIR CONFORME A SUS VALORES.
Saben perfectamente que la multitarea no existe, pero viven en la cultura de todo a la vez, compartiendo el tiempo. Esto no es COOL, no es GUAY, y es más, puede convertirse incluso en un juego peligroso.
La mujer es un enclave dentro del orden social con un papel que está aún por desarrollar y, gracias al coaching, lo estaremos haciendo desde una clave de inclusión y positiva.
Seguiremos informando…
