Con el propósito de analizar cómo funciona la innovación, cómo se desarrolla en distintos ámbitos y cómo integrarla en el sistema sanitario para mejorar la calidad asistencial, la Fundación Pfizer ha organizado recientemente la Jornada de la Aplicación Práctica de la Innovación, disponible para su visionado en su perfil de Youtube. Se trata de una mesa redonda en la que han participado profesionales referentes en distintos campos, cuyo trabajo ha sido reconocido por la Fundación, y que en su día a día reflejan, desde sus diferentes ópticas de trabajo, los esfuerzos que se realizan en el área de la innovación.
El doctor Jorge Sáenz, patrono de la Fundación Pfizer y moderador de la jornada, ha subrayado “la necesidad de poner en el centro del proceso de la innovación a las personas; un aspecto en el que han incidido todos los participantes”. Así, Susana García Silva, investigadora del equipo del doctor Héctor Peinado, del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO, ha declarado que “no solo se innova en productos, sino que es necesario que las innovaciones tengan una aplicación directa sobre las personas para que supongan un beneficio real. Hay que motivar a los equipos y a las personas para que busquen soluciones e innovación”.
Innovación humana, permeable y medible
La innovación depende mucho del valor intrínseco de la persona y de su experiencia; por ello, durante el encuentro, ha quedado patente que se ha de impulsar diariamente la innovación entre todos los trabajadores de las empresas, independientemente de cual sea su función.
Según María Valerio, periodista de salud, ciencia, medicina y divulgación “la innovación tiene que permear toda la organización y hay que motivar a las organizaciones desde todos sus niveles”. Por ello, Susana García ha añadido que “innovar nos implica a todos y debemos ser capaces de hacer cosas aunque sean pequeñas”.
Otro aspecto importante que se ha destacado a lo largo de la jornada es la colaboración entre diferentes entidades. Todos han afirmado que en su experiencia “la innovación en salud viene de la mano de la colaboración entre profesionales sanitarios, la industria farmacéutica, los pacientes, etc., es decir, de todos los integrantes del sistema sanitario”.
Otros temas tratados durante el encuentro han sido la forma en la que se lleva la innovación a la práctica, de qué manera se fomenta o los factores de los que depende. Así, Saturnino Maldonado, profesor de la Universidad de Alcalá y promotor del programa solidario Padrino Tecnológico ha señalado la importancia de la innovación social “que es aquella donde ni el mercado ni los organismos públicos pueden atender a un problema concreto de la sociedad”. El experto ha puesto como ejemplo de ello el proyecto que llevan a cabo y que, precisamente, fue premiado por la Fundación Pfizer: Padrino Tecnológico.
“A través del mismo tratamos de atender a problemas, fundamentalmente de niños, que necesitan ayudas técnicas para su día a día y que en muchos casos son inaccesibles y tienen un público muy restringido, lo que hace que no pueda ser objetivo de una iniciativa empresarial”.
Por otra parte, María Valerio ha apuntado que “aparte de las grandes y llamativas innovaciones no podemos olvidar otras innovaciones más pequeñas (como nuevas formulaciones de los fármacos) que repercuten directamente en la calidad de vida y bienestar del paciente”.
Finalmente, la doctora Blanca López-Ibor, Jefe de la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Montepríncipe señala que “no debemos olvidar que todos hemos sido, seremos o viviremos con pacientes. Así que para poder innovar, hay que preguntar al paciente sobre sus necesidades y, a partir de ahí, pensar en soluciones. Esto supone acercarse al sufrimiento desde dentro, es decir, intentar comprenderlo y tener compasión. En este sentido –ha añadido- es preciso que durante la etapa de formación de los estudiantes la innovación se imparta teniendo en cuenta el cuidado del paciente, que debe ser el centro de todas nuestras actuaciones y esfuerzos”.
Las conclusiones extraídas del encuentro coinciden con la filosofía de La Fundación Pfizer, que entiende la innovación como el elemento clave y vehículo para -no sólo generar nuevos medicamentos- sino buscar nuevos servicios, procesos o sistemas que redunden en beneficio de la satisfacción de las necesidades de los pacientes y del sistema sanitario en su conjunto.