A todos por igual, hombres y mujeres, nos gusta lucir una bonita sonrisa, símbolo de la belleza más natural que existe. Pero ¡Ay! que levante la mano aquel a quien le guste estar sentado en el sillón de su dentista. Será ese miedo primario y ancestral el motivo por el que se ha creado una tecnología puntera que posibilita al odontólogo tratamientos cada vez más rápidos, precisos y eficaces.
En la actualidad puedes diseñar tu sonrisa de manera totalmente digital para poder hacer previsualizaciones del resultado final, y lo verdaderamente vanguardista es que también existe una opción terapéutica con la que se puede restaurar la deseada sonrisa en una sola sesión, la novedosa inyección de composite.
El jefe de la Unidad Dental de Clínica Menorca, el doctor Javier Ortega, odontólogo especialista en estética dental, cirugía oral e implantología, lleva realizando esta novedosa técnica desde principios de este año, con resultados muy satisfactorios para el paciente.
Según el doctor Ortega: “Para mi es una revolución, algo sencillo y rápido para el paciente en comparación con otras técnicas, prácticamente inocuo ya que no precisa (en muchos casos) ni siquiera tocar el diente, con unos resultados estéticos muy muy buenos. Además de reproducible en caso de necesidad, compatible con cualquier técnica adicional, es un antes y un después en mi práctica diaria y cada vez más demandada por todos los beneficios que aporta y las mínimas desventajas”.
El diseño digital de la sonrisa (DSD):
Es un gran avance en la estética dental con dos grandes ventajas:
- El profesional realiza un estudio completísimo en cuanto a las proporciones y la corrección del tamaño, forma y color de los dientes.
- Esta herramienta le permite al paciente, con el asesoramiento de su odontólogo, diseñar una sonrisa personalizada según sus gustos y puede previsualizar el resultado antes de empezar el tratamiento, sin necesidad de que se toque la estructura dental.
En qué consiste el DSD
El diseño digital de la sonrisa consiste en desarrollar un estudio pormenorizado físico, fotográfico y radiográfico (si se precisa) del paciente, donde se observarán los cambios que necesita en las estructuras dentales tanto en la forma y en la posición, así como en el color y el tamaño de las piezas dentales.
Con estos registros se hace un diseño en el ordenador estudiando las proporciones y la posición de los dientes con respecto a los tres ejes en el espacio: el plano horizontal con respecto a la línea bipupilar, seguido del plano vertical y de un análisis del óvalo facial. Estos parámetros permiten al odontólogo establecer la ubicación idónea del borde incisal de los incisivos centrales. Este será el punto de partida para hacer el diseño de estos incisivos centrales y en proporción a estos se diseñan el resto diente a diente.
En base a estas modificaciones diseñadas por el odontólogo, el técnico de laboratorio realiza un modelo tridimensional con una exactitud muy alta. Sobre este modelo se realiza una “llave” o molde de silicona que se coloca en la boca del paciente para simular el resultado final, que vea cómo va a quedar antes de empezar el tratamiento definitivo. En caso de que no se ajuste al 100% a sus expectativas se pueden hacer modificaciones insitu para llegar a lo que el paciente quiere y así poder reproducirlo posteriormente.
Opciones terapéuticas
Una vez diseñada la sonrisa, las opciones terapéuticas para modificarla son carillas, coronas de recubrimiento total o parcial, las incrustaciones, la ortodoncia y, el más novedoso de los tratamientos: la inyección de composite. A veces hay que hacer combinaciones de varios de estos tratamientos, o de todos.
La técnica de inyección de composite:
Es una técnica mediante la cual se puede rehabilitar la forma, tamaño y color de los dientes del paciente de manera rápida, segura, efectiva y sin tocar prácticamente los dientes en caso de que estas modificaciones nos exijan hacer añadidos sobre el diente.
En una segunda sesión, una vez diseñada la sonrisa, se procede a la restauración estética de los dientes. Se crea una plancha de silicona transparente que sirve de guía para inyectar el composite diente por diente, en muchas ocasiones, sin necesidad de prepararlos (tallar o reducir). Todo esto convierte este tratamiento en una técnica ultraconservadora muy predecible, eficaz, económica y previsiblemente con muy buenos resultados a largo plazo.
Ventajas:
- Es muy poco invasiva, en muchísimos casos no hay que tallar ni mover los dientes.
- Es rápida, en una sola sesión se puede restaurar la sonrisa.
- Es reparable, ya que el composite se puede reparar y modificar en cualquier momento a diferencia de muchas carillas y coronas.
- Es reproducible, al estar todo registrado digitalmente, si por accidente o cualquier problema hay que rehacer algún diente se puede reproducir de manera muy exacta en muy poco tiempo.
- Su precio, bastante más barato que las carillas de porcelana o disilicato de litio. Además, si el paciente por cualquier motivo quisiera optar por estas otras, siempre existirá esta alternativa en un futuro, pues no se han tocado los dientes.
Indicaciones:
Esta técnica está indicada para cualquier persona que quiera modificar la forma y el color, pero no para modificar la posición tridimensional (casos de apiñamiento o malposición dental moderada o severa) donde sería necesaria la ortodoncia. Tampoco estaría indicado en personas con hábitos dañinos o parafunciones como mordidas cruzadas, onicofagia (morderse las uñas) o bruxismo. El composite es duradero, pero su durabilidad depende de los ciclos de masticación. Si se cuidan bien, las carillas de composite inyectado pueden llegar a durar entre 7 o 10 años.