El cáncer es una enfermedad multicausal y muchos de estos factores están relacionados con el estilo de vida (seguir una dieta correcta, no sufrir obesidad, no consumir alcohol ni tabaco y hacer ejercicio físico semanalmente), cuestiones modificables que pueden condicionar o no su desarrollo.
Un claro ejemplo de estos factores es la nutrición, “cuidando la dieta no eliminas la posibilidad de sufrir cáncer, pero sí que la reduces”, comenta el doctor Carlos Albert González, investigador emérito de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, en el marco del 59 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), celebrado estos días en Barcelona.
Asimismo, el doctor señala que seguir unos hábitos de vida saludables: “Reduce en un 37% las posibilidades de sufrir cáncer colorrectal, en un 27% el de mama y en un 51% el cáncer gástrico”. Según el experto, hay que destacar que la nutrición tiene un papel clave en este sentido, siendo la dieta mediterránea un patrón alimenticio a seguir.
De hecho, y tal y como ha explicado el profesional, hay alimentos que han mostrado una influencia más directa en la prevención o en el desarrollo de diferentes tipos de cánceres: “Podemos señalar que el consumo en exceso de carnes procesadas es un cancerígeno reconocido para los tumores de colon y recto y se perfila como un cancerígeno en los casos de cáncer de estómago y de páncreas.
En el caso de las carnes rojas existe, desde hace un tiempo, bastante acuerdo entre la comunidad científica sobre su influencia en el desarrollo de cáncer colorrectal, pero, actualmente, se ha sabido que aumenta también el riesgo de cáncer de páncreas, de esófago y de pulmón”, afirma.
Por otro lado, en cuanto a los tumores más vulnerables al tipo de alimentación son el colorrectal que es, a su vez, uno de los que más incidencia presenta; el cáncer gástrico que, a pesar de que tiene una incidencia menor, suele tener peor pronóstico; los de esófago; y los de mama. “En esta última tipología, que tiene una incidencia muy alta, podemos observar que la nutrición es importante, pudiendo reducir en torno a un 15% de los casos”, advierte el profesional.
Otro de los aspectos que resalta el doctor González es que a pesar de que la intensidad de aumento de riesgo r condicionado por la alimentación es pequeño, “el riesgo atribuible asociado a la exposición es mayor dado que prácticamente el 100% somos consumidores de estos productos” y añade que, a pesar de que España ha sido siempre un referente para la dieta mediterránea, “desde hace años se ha ido abandonando este hábito y el registro de casos ha ido aumentando consecuentemente”.
Asimismo, el investigador señala que también existen grupos de alimentos que reducen el riesgo de sufrir enfermedades oncológicas. “En el caso de las hortalizas, está demostrado que disminuyen los tumores colorrectales, los de faringe-laringe, el de hígado y el de pulmón. Las frutas son beneficiosas para la prevención de los casos de colorrectal, faringe laringe y mama. Y recientemente se ha conocido que las fibras y cereales integrales reducen el riesgo de los casos de mama”
Para concluir, el doctor González, hace hincapié en que no existe ni dietas, ni alimentos milagrosos que puedan curar el cáncer, “pero sí es cierto que seguir una dieta saludable y evitar el aumento de peso, puede evitar una recurrencia o mejorar su pronóstico”.
El cáncer de tiroides, un tumor sobrediagnosticado
Este tipo de cáncer tiene a su vez varias clasificaciones: carcinoma papilar, folicular, medular y anaplásico. Tal y como explicar el doctor Juan Carlos Galofré, coordinador de área de Tiroides de la SEEN: “En el caso de los papilares, el pronóstico es muy bueno, en cambio, en los anaplásicos el paciente suele fallecer en los meses siguientes al diagnóstico”.
Así, durante el Congreso, se han presentado los aspectos más destacados en cáncer de tiroides en el último año, haciendo especial hincapié en el sobrediagnóstico de los carcinomas papilares. El doctor Galofré señala que el cribado mediante ecografías tiroideas para el diagnóstico de tumores de muy pequeño tamaño (los microcarcinomas) es polémico porque se pueden detectar muchos cánceres, “y la experiencia enseña que en torno a un 98% de los casos son poco activos, apenas son agresivos, no van presentar complicaciones, y no van desarrollar metástasis”.
De este modo, el profesional comenta que su diagnóstico muchas veces puede repercutir de manera negativa en el paciente: “Y no por la agresividad del tumor, sino por la ansiedad e incertidumbre que puede acarrear el propio término y las connotaciones de esta enfermedad”
De hecho, una de las principales cuestiones que se plantean los profesionales es: ¿Qué podemos y debemos hacer para no sobrediagnosticar los microcarcinomas papilares de tiroides? La respuesta del Dr. Galofré es: “No realizar biopsias en nódulos tiroideos más pequeños de un centímetro y, en el caso de su identificación, llevar un seguimiento para ver su evolución y si crece estaría indicada la biopsia”.
Este sobrediagnóstico afecta en gran mediad a la incidencia del cáncer de tiroides en nuestro país. “Estudios realizados en Navarra, Galicia y Murcia aseguran que la incidencia ha ido creciendo en los últimos años y actualmente es en torno a 14 mujeres y 6 varones por 100.000 personas al año”, comenta.
En cuanto al tipo de tratamiento, difiere del de otros cánceres, tanto es así, que no se emplea quimioterapia. El procedimiento más habitual es la extracción de la glándula tiroidea y, posteriormente el tratamiento con yodo raioactivo. “Si la operación es exitosa, la comorbilidad es prácticamente nula. En algunas ocasiones pueden tocarse los nervios de las cuerdas vocales, pero es muy extraño en manos de un cirujano con experiencia”, explica el doctor Galofré.