Los señores feudales vuelven a verse las caras con los robinsones esta noche. La catedral del mar y Supervivientes libran este miércoles 30 su segunda batalla, tras una primera pugna por todo lo alto que acabó coronando a la ficción como vencedora y que llevó a Jorge Javier Vázquez a lanzar un dardo contra la serie de Antena 3.
El primer episodio de La catedral del mar, una de las mayores apuestas de ficción de Antena 3 de los últimos años, congregó a 3.859.000 espectadores, marcando un estupendo 22,8% de share. La serie de Michelle Jenner y Aitor Luna se impuso a la entrega especial de Supervivientes, que anotó un nada desdeñable 19,8% de cuota y atrapó a 2.849.000 personas.
Tras el anuncio por parte de Atresmedia de la fecha de estreno de La catedral del mar, Telecinco decidió mover ficha y mover Factor X al viernes para enfrentar a la ficción con el formato estrella de la temporada, Supervivientes. Pese a cosechar un buen dato, el movimiento no le salió redondo a la cadena de Mediaset, algo que no gustó a Jorge Javier Vázquez. El presentador lanzó una indirecta a la serie en la gala del jueves, advirtiendo a Alejandro Albalá que no contase nada del exterior al resto de concursantes. “Espero que no estés diciendo que Supervivientes lo ven 800 millones de personas. Nos ven como 30 catedrales juntas“, aseguró, entre risas.
Con este panorama, ambos espacios vuelven a enfrentarse buscando alzarse con el codiciado liderato. Pero no estarán solos, ya que La otra mirada (La 1), Misión imposible (Cuatro) y Pesadilla en la cocina (laSexta) también quieren una porción del pastel. La lucha está servida y solo el audímetro dirá quién se alza con la victoria en una de las noches más competidas de la semana.
Así es el segundo capítulo de La catedral del mar
Tres años después, Bernat ha conseguido su carta de ciudadanía, aunque sigue trabajando en el taller de su cuñado. Un día, Arnau se encuentra con Joan y descubren una iglesia dedicada a Nuestra Señora del Mar que está en proceso de construcción. Los niños acaban haciéndose amigos del padre Albert, los albañiles y los bastaixos que acarrean piedras para la construcción del templo.
“Vía fora”. Con esas dos palabras, Joan le comunica a Arnau que la guerra ha llegado a Barcelona. Ahora que Arnau y Bernat son ciudadanos libres de la ciudad, se niegan a seguir bajo las órdenes de los Puig y marcharán de la alfarería, comenzando una nueva vida.
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