En una entrevista concedida a Prnoticias.com Berzosa, especializada en psicología clínica ha explicado en que consiste el “fenómeno” de la Midorexia, y es que, como bien ha afirmado esta experta, por el momento no se puede hablar de trastorno, puesto que, “no existe una evidencia científica que lo avale. Es un fenómeno muy reciente”.
Partiendo de esta base, la Maidorexia, como fenómeno social, es, según la experta, un fenómeno que “se está observando entre las personas, hombres y mujeres comprendidos entre los 40 y los 60 años. Donde bueno, empiezan a obsesionarse sobre la eterna juventud, sobre lo que supone ser mayor y lo que es no querer asumir su verdadera edad”.
Especialmente, se suele manifestar a través de “un cambio radical en su comportamiento asociado a la edad que tienen. Intentan estar siempre a la última, vestir como personas excesivamente jóvenes, tener un alto nivel de egocentrismo que se puede ver también por el uso indiscriminado y muy elevado que le dan a las nuevas tecnologías en cuanto a redes sociales y todo ello para intentar alejarse de su progresivo envejecimiento”.
Esto en parte, puede tener su origen, en la sociedad y es que, según afirma Berzosa actualmente continúa existiendo una “gran presión social sobre el envejecimiento”. Un hecho que se une a “la crisis que hay de los 40 a los 50, testada científicamente” y que parte, “de la idea de percibir con más conciencia que te va quedando menos tiempo de vida”. Por lo que al final, se genera una especie de duelo elevado al “percibir más perdidas que ganancias al hacernos mayores” .
Para Berzosa este fenómeno a pesar de compartir cierta relación con el conocido por todos como síndrome de Peter Pan, no es lo mismo. “Este síndrome va dirigido a varones a los que les cuesta comprometerse, que no quieren hacerse mayores. No quieren comprometerse con parejas estables, sino vivir una eterna juventud, pero en el sentido de hacer lo que me da la gana sin compromiso y por tanto, tienen en común, la resistencia a hacerse mayor”.
Del duelo a la obsesión
Por tanto, “lo que si está claro es que hay una clara tendencia y cada vez está evidenciada con más claridad, la resistencia a hacerse mayor” ha afirmado Berzosa añadiendo que, “esto puede afectar a las personas llegando a puntos de obsesión. Por ejemplo, pueden comenzar con operaciones excesivas de estética, pues es una obsesión que también puede incluso ir asociada a la vigorexia, es decir, la obsesión por hacer deporte y tener musculatura y querer aparentar también desde la parte física”.
Ante esto, la profesora ha advertido de la importancia de distinguir “lo que es un autocuidado saludable, de una obsesión. A partir de los 40 años las investigaciones y los conocimientos actuales aconsejan cuidarse, pero por salud física, no por estética, puesto que ya es un tramo de edad delicado. “la obsesión comienza cuando la persona comienza a desajustarse”.
A pesar de que todavía no existen datos evidenciados, Berzosa confirma que respecto a la repercusión de este fenómeno en hombres y mujeres, “Por datos clínicos de observación, que todavía son muy relativos, actualmente hay mucha más presión en general hacia las mujeres en cuanto a su envejecimiento”.
Relación de la Midorexia con otros trastornos
Para Berzosa, como psicóloga clínica y gracias a las observaciones realizadas de nuevo a través de la experiencia este tipo de fenómeno, se encuentra más en personas que tingan también algún trastorno relacionado con la inseguridad. “Generalmente nos vamos a encontrar en consulta, con que este fenómeno repercute más en personas con la autoestima baja, con una inseguridad muy arraigada y que a lo mejor a lo largo de su vida han vivido etapas en donde han sentido que bueno pues, que no estaban atractivas o que no era muy bien acogida socialmente, o incluso personas que no han sido muy exitosas socialmente. En general, estos cuadros tienen mucha vinculación con la autoestima y el autoconcepto”.
Por ello, “a la hora de recibir a una persona en consulta con este problema, es muy interesante y necesario, intentar evaluar cuales son sus rasgos de personalidad para ver cuales están afectados y cuales son los que nos ayudan, yo les llamo rasgos trampa si son los que nos ponen las zancadillas y los rasgos aliados si son los que nos ayudan a superar las crisis” ha explicado la especialista.
“Para abordar este fenómeno lo más relevante es, valorar la autoestima, para que esa persona se reajuste y sea consciente, o sea, el objetivo es ese, que sea consciente. Enseñarle psicoeducación para que pueda distinguir lo que es un buen autocuidado, una calidad de vida imprescindible y para que se sienta ajustada en la calidad de vida, darle alternativas para que no se obsesione solamente con el plano físico, sino empezar a plantear otro tipo de objetivos que pueda ser a otros niveles y que también le nutran suficientemente su día a día”.
Así, en esta línea, Berzosa ha querido concluir reiterando no solo la importancia de visibilizar los nuevos fenómenos que van viendo la luz, sino el lugar de la psicología en este ámbito. “No hay que dejar que las cosas se nos enquisten, porque a lo mejor un frente, una situación, te puede pillar muy vulnerable y convertirse en algo más difícil de superar, pero en la mayor parte de los casos los problemas psicológicos se pueden prevenir y ojalá, dentro de esta etapa tan dura que estamos viviendo en psicología tras la pandemia, sirviera para que la gente no dejara pasar un malestar emocional o psicológico y que pueda realmente caer en la cuenta de la prevención”.
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