El documento facilitado por la OMS y UNICEF, no solo advierte de la situación actual, sino que además, alerta de que el número de personas que necesitan uno o más productos de asistencia aumentará hasta 3.500 millones en 2050 “debido al envejecimiento de la población y al aumento de la prevalencia de enfermedades no transmisibles en todo el mundo”.
Además, el texto denuncia también la “enorme diferencia” de acceso que existe entre los países de ingresos bajos y altos. De hecho, un análisis realizado en 35 países revela que el acceso a este tipo de recursos varía del 3% en las naciones más pobres al 90% en los países ricos.
Ahora bien, de las personas que han accedido a este tipo de productos, al rededor de dos tercios declararon haber pagado por ellos de su propio bolsillo, y otros ha afirmado que han tenido que depender de la ayuda de su familia o amigos para poder cubrir estas necesidades. Al respecto, la OMS, y UNICEF han criticado que la asequibilidad es “un obstáculo importante para el acceso”.
Principales obstáculos
En general, la encuesta realizada en un total de 70 países y recogida en el informe ha evidenciado “grandes lagunas” en la prestación de servicios y en la formación de personal para la tecnología de asistencia, especialmente en los ámbitos de la cognición, la comunicación y el autocuidado.
Encuestas anteriores publicadas por la OMS ya apuntaban según afirma el texto, como principales obstáculos, a “la falta de concienciación y los precios inasequibles, la falta de servicios, la calidad, la gama y la cantidad inadecuadas de los productos, y los problemas de adquisición y de la cadena de suministro”.
Una realidad, que según han reivindicado hay que solucionar. Y es que, como bien han reivindicado los encargados de este reciente informe, las tecnologías de asistencia son, “un medio para participar en la vida comunitaria y en la sociedad en general en igualdad de condiciones con los demás; sin ellos, las personas sufren exclusión, corren el riesgo de aislamiento, viven en la pobreza, pueden pasar hambre y se ven obligadas a depender más de la familia, la comunidad y el Gobierno”.
¿Qué supone el acceso a los productos de asistencia?
Además, en palabras del director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, “La tecnología de asistencia cambia la vida: abre la puerta a la educación de los niños con deficiencias, al empleo y a la interacción social de los adultos que viven con discapacidades, y a una vida independiente y digna para las personas mayores”.
Por su parte, ante tal problema, la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. ha querido concluir haciendo especial referencia al caso concreto de los niños. “Casi 240 millones de niños tienen discapacidades. Negar a los niños el derecho a los productos que necesitan para prosperar no sólo perjudica a cada uno de ellos, sino que priva a las familias y a sus comunidades de todo lo que podrían aportar si se cubrieran sus necesidades. Sin acceso a tecnología de asistencia, los niños con discapacidad seguirán siendo objeto de estigmatización y discriminación”.
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