Hace poco más de cien años, Ramón María del Valle-Inclán escribió una obra de teatro por entregas conocida como “Luces de Bohemia”. El universal autor gallego inauguró con ella el género del esperpento, definido por su propio protagonista como una forma distinta de ver el mundo.
“Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”.
La afirmación de Valle-Inclán representa el eje de la campaña “Realidad deformada” que acaba de ser galardonada con un IPRA GWA (considerado el equivalente del Óscar de comunicación) como mejor investigación social en su edición de 2022. Este trabajo, realizado en colaboración con la UCM, analiza la relación que se establece entre la sociedad española y los bulos de la denominada post verdad.
Desarrollada a lo largo de 2021, la investigación se estructuró en tres fases. En la primera, se cotejó sobre una base demoscópica, que la mentira tiene mayor entrada en la sociedad cuánto más joven es el segmento analizado.
La fotografía final mostraba a una generación Z especialmente alejada de los medios de comunicación tradicionales, nucleada informativamente en torno a las redes sociales y con muy poca preocupación sobre la recepción y difusión de bulos siempre que encajen en su código comunicativo.
La segunda fase se centró en jóvenes de 18 años trabajando grupos de universitarios y de no universitarios de forma cualitativa. Entre los primeros primaba la sensación de control sobre los bulos y un conocimiento amplio sobre los retos que enfrenta nuestra sociedad. Los segundos mostraron más respeto sobre el impacto de la mentira en nuestra evolución social y una sensibilidad muy pegada a la realidad en su interpretación de los problemas que enfrentan a diario.
Finalmente, la tercera fase se convirtió en una inmersión entre alumnos de 12 años de IES Pedro Salinas de Aluche (Madrid) para evidenciar la ausencia de una alfabetización mediática que prepare a los niños de hoy al desembarco inminente en redes sociales. El resumen de la investigación se concentró en un formato revista que bajo la cabecera El Esperpento se difundió en diciembre de 2021.
Torres y Carrera tiene en su haber seis IPRA GWA desde su fundación en 2003, los tres últimos conseguidos de forma consecutiva desde 2020 y todos en la categoría de investigación social. En 2020, el premio fue para el documental Kómoda, la vida sin energía. En 2021, para el Proyecto Culebras. Y en 2022 ha sido para la campaña Realidad deformada.
La compañía se ha posicionado en el terreno de la innovación social para adecuar las estrategias comunicativas a un entorno en permanente cambio. De ahí su apuesta por la investigación y la importancia que se le concede a esta concatenación de premios.
“Poder rescatar la visión crítica de Valle-Inclán un siglo después de escribir Luces de Bohemia ha sido liberador. Valle sostenía que en España el mérito no era premiado. Hoy, aún a costa de revisarlo, podemos afirmar que el mérito si ha sido premiado y nos sentimos doblemente orgullosos: por nuestra visión y nuestro trabajo y por la reivindicación de una voz de crítica social que mantiene toda su vigencia”, ha dicho Xurxo Torres, director general de la compañía.
Seguiremos comunicando…
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