Tras el impacto de la pandemia, el sector farmacéutico español ha demostrado ser un sector clave y estratégico de la economía española, así lo ha evidenciado un análisis sectorial llevado a cabo por CaixaBank en el que se deja claro su capacidad productiva actual así como, su todavía posible margen de mejora.
Según este análisis, “en los últimos 25 años, el sector ha ganado una enorme relevancia, convirtiéndose en un importante motor de las exportaciones españolas y de la inversión privada en I+D”. Pero, todavía se espera que el futuro de la industria española se una más estrechamente a la industria farmacéutica apostando por su crecimiento, al tratarse de una industria extremadamente competitiva y con gran capacidad de generar empleo de calidad. Unos valores que contribuirían en gran medida a la modernización de la economía.
Y es que, hay que recordar que la crisis económica provocada por el Covid-19 golpeó duramente a la cadena de suministros global, provocando el desabastecimiento de algunos productos, algo que fue muy evidente en el sector farmacéutico, donde desde el inicio de la pandemia se vivió la escasez de ciertos productos como kits de testeo o mascarillas. Una realidad que puso de manifiesto la necesidad de apostar definitivamente por el desarrollo de esta industria.
El octavo sector industrial más grande del país
El reciente artículo publicado por CaixaBank Research afirma como a pesar de su gran valor, “la industria farmacéutica no es un sector de enormes dimensiones en la economía española”. Según datos de Contabilidad Nacional de 2019, la industria farmacéutica generó de manera directa 6.846 millones de euros de valor añadido bruto (VAB), el 0,6% del total de la economía española. Lo que lo convierte en el octavo sector industrial más grande del país.
Pero, entre su aportación a la economía del país, el artículo destaca dos puntos claves: la actividad indirecta que genera este sector, y es que según detalla su autor el arrastre de la industria farmacéutica es del 76%, lo que implica que, por cada 100 euros de valor añadido que genera de manera directa, el sector contribuye a generar 76 euros adicionales en otros sectores; y su destacado papel en las inversiones y en I+D.
“Concretamente, los productos farmacéuticos fueron el cuarto producto más exportado de España en 2020, sumando el 4,9% de las exportaciones de bienes totales (12.777 millones de euros)” A lo que el estudio añade que, “en cuanto a la inversión en I+D, se trata de un sector motor que, según datos del INE, movilizó el 4,9% de la inversión total en 2020 (8,8% si se excluyen las Administraciones públicas y universidades).
Además, la industria farmacéutica es considerablemente productiva, con un valor añadido bruto por empleado más de dos veces superior al del promedio de la economía española y al del conjunto de la industria manufacturera.
Un sector con gran dinamismo
Como se puede ver gracias a estos datos proporcionados por esta reciente investigación, la industria farmacéutica, para su pequeño peso dentro de la economía española, es un sector extremadamente relevante y competitivo. Pero bien, ¿esto ha sido siempre así? La realidad es que hace unos años su capacidad era considerablemente inferior a la que muestra en la actualidad.
Por tanto, tal y como se ha mencionado anteriormente, el crecimiento de la industria farmacéutica en los últimos 25 años ha sido sustancial. El análisis señala que: “las exportaciones de productos farmacéuticos crecieron a un ritmo considerablemente superior al del promedio de la economía española y al de la industria manufacturera. En concreto, el ritmo crecimiento en los últimos 25 años ha duplicado el del total de las exportaciones (10,7% vs. 5,4%), lo que ha permitido que el sector pase de suponer apenas el 1,4% de las exportaciones nacionales en 1995 al 4,9% en 2020.
El sector farmacéutico durante la pandemia
Para la economía en general, la pandemia y sus consecuencias ha supuesto un shock sin precedentes, sin embargo, a nivel económico la industria farmacéutica apenas sufrió dificultades. Tanto fue así que, según muestra el autor de este reciente estudio, “durante el mes de mayo de 2020, mes en el que los ERTE se aplicaron de manera más intensa, la proporción de empleos afectados por ERTE en el sector apenas alcanzó el 1,6% del total, mientras que, en el conjunto de la industria manufacturera, la proporción alcanzó el 16,4%”.
Pero bien, este no es el único dato que nos demuestra el impacto casi nulo de las restricciones sobre el sector: el resto de los indicadores de actividad arrojaron también lecturas positivas en el conjunto del año 2020. Y, en 2021, la tónica positiva se intensificó con un registro de cierre de año particularmente fuerte en producción, empleo, cifra de negocios e incluso en exportaciones.
“Las excelentes cifras de la industria farmacéutica desde 2020 han venido cimentadas por el gran crecimiento de la demanda, no solo la exterior, si no que la demanda doméstica también ha sido un claro revulsivo para que la industria haya alcanzado registros muy positivo” ha expuesto CaixaBank gracias a sus indicadores procedentes de la actividad de sus tarjetas.
Pero, todavía no es un referente a nivel europeo
Ahora bien, pese al crecimiento experimentado en los últimos años, la industria farmacéutica todavía no es un referente a nivel europeo. Y es que, en esta línea, su peso en la economía nacional (0,6% del VAB) se sitúa cerca, pero por debajo, del promedio de la eurozona (0,7%), tal y como se puede observar en el estudio.
Datos como este apuntan que la capacidad de producción de la industria farmacéutica en España es aún mejorable, a la luz del déficit con el resto de la UE, pero esto no quita que su grado de competitividad y especialización la hagan muy interesante teniendo capacidad para alcanzar un superávit comercial.
En definitiva, según concluye el análisis, a pesar de la elevada competitividad y dinamismo que demuestra la industria farmacéutica española, esta todavía tiene un gran margen de mejora para alcanzar un papel más relevante en la economía nacional, algo que se ha hecho evidente durante la pandemia donde no los buenos resultados económicos del sector no han podido ocultar “la falta de capacidad de producción de productos clave y su consecuente desabastecimiento en 2020”.
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