Muchos países europeos están enfrentando problemas de suministro de algunos medicamentos básicos. Y es que, desde hace meses las farmacias y los hospitales encuentran dificultades para adquirir algunos preparados debido a dificultades con la distribución. Un problema que no es nuevo, pero que se ha visto agravado en las últimas semanas hasta el punto de que el Gobierno planea una nueva ley. Cada vez más medicamentos importantes faltan a menudo en las farmacias o no es posible encargarlos.
En Alemania, donde peor se encuentra actualmente esta situación, hay escasez de ibuprofeno, paracetamol y jarabe infantil. En Francia falta también la amoxicilina infantil mientras que en Reino Unido las reservas de antibióticos para tratar infecciones bacterianas y penicilina están al límite. Un panorama que ha llevado a los facultativos a pedir al Gobierno que intervenga para dar una solución. “Necesitamos regulaciones extraordinarias y medidas inmediatas como al principio de la pandemia de covid, cuando se adquirieron en el mercado internacional recursos escasos como mascarillas y equipos de protección”, ha explicado el presidente de la Asociación Federal de Médicos de las Aseguradoras Públicas (KBV), Andreas Gassen.
Y es que, la pandemia parece dejarnos otra lección. Las enfermedades infantiles que se evitaban al quedarse las familias en casa han vuelto con mucha más fuerza y la elevada demanda de remedios de venta sin receta ha llevado a farmacias a restringir sus ventas. En este sentido el vicepresidente de la KBV, Stephan Hofmeister, ha lamentado la gran dependencia extranjera: “La situación actual de escasez, en particular en el tratamiento de los niños, muestra que nos hemos vuelto demasiado dependientes de la producción en el extranjero”.
En concreto, es tal la situación que vive actualmente Alemania y que parece estar trasladándose a España, que El colegio federal de farmacéuticos ha asegurado que son alrededor de mil los medicamentos que no se pueden encargar en estos momentos. En un comunicado reproducido por el mismo medio alerta el presidente del Colegio Farmacéutico de Renania del Norte-Westfalia de que “si no se toman medidas, el cuello de botella con los medicamentos empeorará este invierno“.
Por el momento, algunas farmacias han decidido hacer uso del derecho que tienen para fabricar en su laboratorio medicamentos como jarabes infantiles para la tos. Sin embargo, el costo de dichos preparados es mucho mayor que el de los productos producidos en fábricas y la diferencia tienen que pagarla los pacientes.
Se dispara la venta de medicamentos en el mercado negro
Ahora bien, esta situación que empieza a ser extrema en varios países europeos, ha llevado a que medicamentos como, Diazepam, Orfidal, Ozempic… hayan llegado al mercado negro. Así, la red se ha convertido en una botica de segunda mano en la que pagando es posible encontrar medicamentos que escasean. Cada vez son más frecuentes las webs y las apps que se llenan de anuncios de ansiolíticos y otros productos cuyo precio llega a superar los 150 euros.
Actualmente lo que más se pide en las redes son medicamentos como Diazepam, una benzodiacepina en escasez que calma principalmente la ansiedad, el Orfidal o el Efferalgan, que son amoxicilinas que se usan como tranquilizante ante el estrés; o el Ozempic, un semaglutido que limita el apetito y que está diseñado para diabéticos. Este concretamente ha ganado relevancia después de que clínicas estéticas e ‘influencers’ lo recomienden por su efecto de pérdida de peso.
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ya ha alzado la voz al respecto y se ha mostrado tajante con el peligro que supone acceder y consumir medicamentos sin garantías de calidad, seguridad y eficacia.
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