La Dirección General de Comunicación de la Comisión Europea ha encargado un estudio a Ipsos para recabar la opinión de la ciudadanía europea sobre su actitud ante la respuesta de la UE a los retos energéticos y la guerra de Ucrania.
Así, Ipsos European Public Affairs entrevistó a una muestra representativa de ciudadanos de la UE, mayores de 15 años, en cada uno de los 27 Estados miembros. Entre el 23 de noviembre y el 30 de noviembre de 2022, se realizaron 26.337 entrevistas a través de entrevistas web asistidas por ordenador (CAWI), utilizando paneles online de Ipsos y su red de colaboradores. Los datos de la encuesta presentados en este informe se han ponderado en función de las proporciones de población conocidas. Los promedios de la UE27 se ponderan según el tamaño de la población mayor de 15 años de cada país.
Desde el segundo semestre de 2021 se ha producido un fuerte aumento de los precios de la energía en la UE y en todo el mundo. El precio de los combustibles ha subido aún más como consecuencia de la guerra en Ucrania. Esto también ha provocado inquietud en relación con la seguridad del suministro energético en la UE, y la decisión de Rusia de suspender las entregas de gas a varios estados miembros ha incidido aún más en la situación. La Comisión Europea ha propuesto el plan de acción “REPowerEU“, cuyo objetivo es conseguir que Europa sea independiente de los combustibles fósiles rusos mucho antes de 2030.
Apoyo mayoritario a las medidas europeas
Después de casi un año desde el comienzo de la guerra de Ucrania y su impacto directo en la subida de los precios de la energía, ya son más del 80% las personas en Europa que están de acuerdo en que este aumento tiene un impacto significativo en su capacidad de compra. El análisis por países muestra que la proporción que está de acuerdo con esta afirmación oscila entre el 75% en Suecia y el 94% en Portugal, mientras que España muestra un dato similar a la media europea, 84%.
En este contexto cada vez más gente, ocho de cada diez, están de acuerdo en que la UE debería seguir tomando medidas para reducir su dependencia del gas y el petróleo rusos lo antes posible. España (86%) se sitúa entre los países más de acuerdo con esta idea.
Mientras esta independencia llega, la UE ha tomado una serie de medidas para garantizar el suministro energético y mitigar el aumento de los precios de la energía, unas medidas que recogen un apoyo muy elevado por parte de los europeos. Más de ocho de cada diez están de acuerdo en que la UE debe proteger infraestructuras críticas como oleoductos y cables de internet, que el precio de la electricidad no debería depender del precio del gas, que la guerra en Ucrania hace más urgente que los Estados miembros inviertan en energías renovables, y que todo el mundo debería hacer un esfuerzo para reducir el consumo de energía durante las horas punta.
En lo que no existe una mayoría tan abultada (56%), es en la idea de que las recientes subidas de precios se deben principalmente al comportamiento agresivo de Rusia. Por su parte, España muestra un mayor acuerdo con esta afirmación, un 65% de la población así lo considera, situándose entre los cinco países que más de acuerdo muestran.
Cambios en el hogar para reducir el consumo de energía y las facturas
La proporción de personas que están dispuestas a tomar medidas personales para mitigar el efecto de la subida de los precios en su bolsillo es una amplia mayoría (95%). La gente ya está o estaría dispuesta a apagar las luces cuando salen de una habitación durante un rato, en casa o en el trabajo, desenchufar aparatos electrónicos cuando no se utilizan o reducir la temperatura ambiente en casa o en el trabajo, algo que ya hace la mitad de la población española (52%)
Aproximadamente cuatro de cada diez ya utilizan o están dispuestos a usar alternativas al coche o la moto para desplazarse, como caminar, ir en bicicleta, utilizar el transporte público o compartir el coche, comprar equipos energéticamente eficientes con una buena calificación energética, una medida mucho menos acogida en el caso de España, donde solo 1 de cada 4 está o estaría dispuesto a hacerlo.
Las acciones más costosas o con mayor impacto en la vida personal, aunque más eficientes, son las que menos adopción muestran, como son añadir un mejor aislamiento en el hogar, optar por formas de energía renovables, instalar equipos para controlar y reducir su consumo de energía y coger el tren en vez del avión para los desplazamientos.
Seguiremos comunicando…