Tras una pandemia que ha demostrado la importancia de tener una sanidad robusta la realidad del sistema sanitario español son: largas listas de espera, escasez de enfermeros y médicos y una cobertura insuficiente tanto de personal como de medicamentos. Todo ello problemas que encontramos día a día en los medios de comunicación quienes desde su papel en la sociedad buscan contrastar los datos de los últimos informes para demostrar la necesidad de un cambio y una mejora del SNS.
Medios como El Español o Público han denunciado en los últimos meses como en España existe un gasto sanitario por debajo de la media europea. Y es que, tanto si se utiliza el indicador de gasto público sanitario en porcentaje del PIB como si se utiliza el gasto público sanitario por persona, la conclusión es la misma. El Estado español gasta poco en sanidad, por debajo del promedio de los países de la Unión Europea de los Quince (UE15) que son los quince países de mayor desarrollo económico.
Un problema que no se debe, como afirman desde Público, a que seamos más pobres que el promedio de la UE. La realidad, es que no somos pobres. Nuestro nivel de riqueza (medida por el PIB por capital) es ya cercano al promedio de estos países. En cambio, el gasto público sanitario continúa estando muy por debajo del promedio de gasto sanitario público de este grupo de países de la UE. Además, mirando hacia el futuro los medios de comunicación dejan claro que se prevé que el envejecimiento de la población y un crecimiento económico moderado añadan presión en los próximos años y décadas.
Gasto presupuestario en sanidad por CCAA
El último informe publicado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) que habla sobre Los presupuestos sanitarios de la CCAA para 2023 también sirvió como punto de apoyo a los medos para denunciar la situación que atraviesa actualmente el SNS. Un informe que alega que, aunque ha habido incrementos en los gastos presupuestados para el año que viene y que ya han entregado todas las regiones, excepto Catalunya por la falta de acuerdo gubernamental, la mayoría sigue situándose lejos de la media europea.
Por tanto, así son las cosas y así se cuentan. Hasta el momento, se ha producido un crecimiento de los presupuestos sanitarios per cápita respecto a 2022 en promedio (un 7,69% más), alcanzando de media los 1.808 euros por habitante. Crecimiento que, como bien valoran desde esta plataforma y apoyan la mayoría de periodistas sigue siendo insuficiente para las necesidades del sistema sanitario.
Eso sí, Madrid sigue siendo la comunidad más maltratada por los medios debdo a su condición como capital. Es cierto, que según indican los últimos datos recogidos por FADSP, por cuarto año consecutivo Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad, con 1.446,13 euros por habitante, superada por países como Eslovenia y Malta, pese a ser la comunidad con mayor PIB. Pero, no es la única comunidad con una mala situación sanitaria y tras ser la primera en enfrentarse a las manifestaciones de los profesionales sanitarios, así lo dejaron ver los medios.
¿Cómo abordan los medos dicha realidad?
Ahora bien, siendo España un país donde la política sigue influenciando la forma de pensar y las informaciones de los medios hay que ser conscientes de la actual claridad con las que unos medios y otros tratan la situación de los profesionales sanitarios y de la sanidad en España. Cuando la única realidad existente es que, la relación entre el Estado central y los 17 gobiernos autonómicos no está diseñada para resolver problemas conjuntos que afectan a todo el territorio español, necesitándose mayores recursos para poder responder solidaria y colectivamente a los problemas urgentes y colectivos como las pandemias, la crisis climática o la constante falta de recursos.
En definitiva, hay que recordar que los medios de comunicación tienen impacto en la Salud colectiva e individual, y son fundamentales para conformar creencias y conductas. Son canales que ejercen una gran influencia, por tanto, en la salud pública, particularmente en la promoción de valores y conductas de riesgo. Por ello, siempre debe tenerse cuidado con la posibilidad de control social de estas fuentes de información, que a día de hoy, sigue siendo una realidad.
Seguiremos informando…