El verano está en pleno apogeo, y con él, viene una advertencia de salud crítica para todas las personas en general. El melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel, se ha convertido en una amenaza alarmante durante esta temporada estival. Las altas temperaturas, los niveles crecientes de radiación ultravioleta y la exposición solar irresponsable, son factores que contribuyen a ello.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de melanoma en la raza blanca ha aumentado en las últimas décadas. Parte de este aumento, se debe también a la detección más precoz de estos tumores cutáneos. Los programas de cribado, la concienciación y las nuevas terapias (dirigidas a mutaciones específicas y aumento de las defensas contra el tumor), también han conseguido que la mortalidad por melanoma haya descendido a pesar de ese aumento en la incidencia.