Sectores de la CEOE han mostrado su preocupación por la “salida de tiesto” del presidente del Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, tras conocerse el principio de acuerdo entre PSOE y Junts. Y es que Foment, integrado en la confederación empresarial española, ha chocado claramente con ésta una vez más, provocando una situación “extraña”, según las fuentes consultadas, que podría dar al traste con la generosa paz otorgada por Antonio Garamendi al catalán, tras revalidar mandato como presidente de la CEOE.
El comunicado difundido por Foment y la actitud de su presidente, Sánchez Llibre (que, tras su paso por la política de la mano de CDC, está vinculado al mundo empresarial catalán a través de la conservera Dani), han escamado en Madrid, donde algunos vigilan los inquietantes pasos del susodicho.
Por el momento, desde Barcelona justifican la nota de Foment -en la que se congratulaba del pacto Junts-PSOE porque servirían para lograr los “consensos básicos y esenciales” que permitirían el retorno de las empresas que se marcharon de Cataluña en 2017- mientras en Madrid, donde conocen a Sánchez Llibre y su entorno, apuntan el enfoque totalmente contrario a la postura de la CEOE, más que crítica con el acuerdo.
En determinados círculos vinculados a la CEOE no pasan desapercibidos estos movimientos y la recepción con parabienes del acuerdo Junts-PSOE. Acostumbrados a la “guerra sucia” por parte de gentes cercanas a Sánchez Llibre, se monitorizan las opiniones de algunos periodistas, consultores, lobbistas y medios de comunicación, considerados sus correas de transmisión en la capital de España. Promotores, buena parte de ellos, del lobby (frustrado por ahora) Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales, al servicio de Sánchez Llibre.
A río revuelto, ganancias de los Girós
La situación, como decía aquél, hace extraños compañeros de cama. El posible retorno de empresas a Cataluña, ha resucitado a un viejo conocido de la comunicación y la política que anda errante desde su salida del Govern catalán: Jaume Giró. El exdirector general de la Fundació La Caixa vaga como alma en pena tras dejar la Consejería de Economía y, según parece, haber sido descabalgado de la lista de Junts al Congreso de los Diputados, en las últimas Elecciones Generales, porque Carles Puigdemont y sus deudos no se fían de él. Lógico, claro.
La ‘esperanza blanca’ de Giró, que mutó del lazo amarillo a autopresentarse como un Tarradellas moderado, no levanta cabeza, si bien la posibilidad de un regreso de empresas a Cataluña podría -según algunos- servirle como oportunidad. En Caixabank, donde es de sobra conocido, reconocen que con un panorama de futuro tan incógnito, “cualquier cosa es posible”. Si bien todavía se recuerda cómo utilizó el puesto en la entidad catalana, para financiar a Jordi Sánchez, uno de sus ‘troncos’ (que diría el comisario Villarejo, y ya se sabe quién es Villarejo, según contó Eduardo Zaplana, que de felinos entiende), a través de pagos por valor de 250.000 euros al Observatorio de la Fundación Pompeu Fabra donde el líder de la ANC (Jordi Sánchez) se dedicaba a planificar el golpe de octubre de 2017, según relató ‘El Mundo’. Y eso, en Madrid, no se olvida. Al menos por ahora.
No dejaría de ser curioso que Giró se beneficiase de una postura amparada por el Foment de Sánchez Llibre, con el que sus relaciones no son precisamente amistosas. A pesar de que su esposa, Ana Aguirre, ejerció como directora de comunicación de la entidad durante once años, hasta su sustitución por Marta Aguirre. ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¡Pasión de catalanes!
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