Han pasado más de 3 años desde que Veneno vio la luz en Atresplayer. Una serie que marcó un antes y un después para la plataforma de Atresmedia, que este domingo 17 de diciembre estrena Vestidas de azul, la continuación de su ficción más aclamada.
Dos años después de la muerte de Cristina Rodríguez, La Veneno, Valeria encuentra la cinta que narra las vivencias de seis mujeres trans en la España de principios de los años 80. Esas vivencias inspirarán el nuevo libro de Valeria que, una vez más, decide contar la historia de unas mujeres que no merecen caer en el olvido.
‘Vestidas de azul’ arranca 2 años después de la muerte de Cristina ‘La Veneno’. ¿Cómo afecta su desaparición a Valeria?
Son momentos de cambio, ¿no? En esos momentos de duelo, de encontrarte a ti misma cuando parece que no hay camino para ti. Es estar perdida, pasando un duelo… Valeria en esta temporada se la va a ver con mucha ambición de seguir su camino, de seguir con una historia, de seguir siendo fiel a sí misma, pero con una vida personal que se les desmorona de alguna manera y hay cierta destrucción.
Ella se crea una coraza muy sólida que la hace separarse de ella misma y de sus amigas, de su entorno, con mucho autoengaño. Y me parece muy bonito que se represente así porque es una parte muy humana, una parte que también yo me he sentido así en algunos momentos de mi vida, sobre todo después de haber vivido algo tan intenso como era la muerte de su amiga. También esto está totalmente ficcionado, así como inciso, no es algo que le pasó a Valeria Vegas de verdad.
Y lo bonito también de cómo ella investiga cada historia es que le hace aprender algo de ella misma. También son sus propias amigas las que le hacen salir de toda su burbuja y su coraza. A Valeria le pasan cosas bastante intensas y la verdad es que ha sido un disfrute brutal poder interpretarla y poder ahondar en todo eso. Nos hemos tenido que dejar la piel ahí y nos han tocado mucho personalmente.
Álex (Saint), en la primera temporada tuviste menor protagonismo. En esta segunda parte adquieres más importancia dentro de la historia. ¿Qué papel va a jugar Sacha en ‘Vestidas de azul’ y en la vida de Valeria?
Sí, mi papel en Veneno era casi un cameo. Aquí Sacha ha evolucionado y ahora podemos conocer más de la historia de una de las mujeres que participan en este en esta nueva temporada. Sacha es una de las mejores amigas de Valeria, y Valeria está con todo su meollo, está perdida y tiene muchos cambios a nivel personal y profesional.
Ella como buena amiga intenta estar ahí para apoyarla y ayudarla. Y cuando Valeria decide que quiere escribir el libro sobre las chicas de Vestida de azul, pues le pide ayuda. Entonces van las dos un poco ahí, investigando a ver dónde están las chicas hoy en día y demás.
Después creo que hay una parte muy bonita en la que ella tiene su historia personal, en la que podemos ver a una mujer que aparentemente es guapa y joven y la vida le va bien, ¿no? Y al mismo tiempo pues tiene un montón de inseguridades con su transición, tiene muchísimos pensamientos negativos que empiezan a atacarla y la superan. Entra en una depresión muy grande y es muy bonito ver como yendo a terapia y con la familia elegida, las amigas, lo importante que son para salir de ahí y darte cuenta que muchas veces entramos ahí pero que salimos mucho mejor que estábamos.
Al personaje de Sacha le he puesto mucho de mí, de mi historia personal, así que no sé, para mí también es muy bonito ver esas partes oscuras de mí que puedan ser ayuda para alguien. Es como convertir ese dolor en algo bonito. Me parece un privilegio.
Hablabas de cómo Sacha va a ayudar a Valeria a reconstruir la historia de esas mujeres que durante un periodo muy complejo iniciaron un camino que se puede calificar de pionero. ¿Qué es lo que más os ha sorprendido de esas historias, de esa de esas vivencias tan duras de aquellas mujeres de los años 80?
Lola Rodríguez: Es que es ver ese documental y quedarte completamente asombrado con esas mujeres que que sin tener ningún tipo de ayuda como Internet, que a mí me ayudó muchísimo… Pero claro, sin internet, sin asociaciones, sin ley, sin absolutamente nada. Nadie que te que te cuidase ni te ampararse, sino las unas a las otras. Como ya se lanzaban a irse a Madrid, a Barcelona, donde fuese para poder ser ellas mismas, es algo que sorprende mucho y que es de admirar.
Por eso estamos haciendo esta serie, por esas mujeres que estaban en esa época y que no salieron en el documental, que también merecen ser contadas sus historias, y de hecho se cuentan algunas de ellas. Pero lo que con lo que más me impacta es justamente eso, es el orgullo que siento viéndolas a ellas y sintiendo que son nuestros referentes. Ellas son las que abrieron camino, ellas son las que han hecho posible que estemos a día de hoy aquí.
Hay que agradecer a las que vinieron antes y contar estas historias. Hay que contar más historias, no solamente las de Vestida de azul. Esto es infinito. Son para todas esas referentes que se han quedado invisibles. Y no hay nada más dañino o más triste que que luchar y ser invisible, ¿no?
Álex Saint: A mí me ha sorprendido mucho porque creo que todas estas personas no vivían, sobrevivían. Y me ha impactado mucho cómo muchas de ellas han llegado vivas hasta hasta nuestros días. Porque yo, sinceramente, creo que no hubiese tenido la fuerza en una sociedad en la que, bueno, cada una venía de un sitio y tenía sus historias.
Pero algo que sí que tenían en común era el rechazo. El odio a la que al que las sometía la sociedad y terminaban siempre dedicándose a la prostitución porque no podían dedicarse a otra cosa. Ni se planteaban poder trabajar de otras cosas. Y al final, bueno, me parece sorprendente la fuerza que puede llegar a tener el ser humano de querer salir adelante y de tener la esperanza de que en algún momento las cosas cambien.
Yo creo que, por ejemplo Nacha y Josep que siguen con nosotros, pues es muy bonito ver que yo creo que ellas nos miran a nosotras y dicen joder, pues esa lucha ha servido de algo porque ellas ya viven mejor que vivimos nosotras, ¿no?. Pero creo que no hay que dormirnos y hay que seguir luchando porque la realidad en la calle es muy diferente.
El paro entre la gente trans sigue siendo altísimo. Más del 80% de la gente trans no tiene trabajo, más del 65% o el 70% se intenta suicidar. Por todo esto es tan importante que sigamos hablándolo y que no lo permitamos más. No permitamos que ese pasado siga siendo un presente. Y eso se hace pues haciendo leyes y contando historias desde una manera humana para que todo el mundo vea que somos seres humanos que merecemos dignidad y respeto como todos los demás.
Seguiremos Informando…