En la Tierra a sábado, noviembre 2, 2024

¿LLEGA EL FIN DE LAS ‘FAST FASHION’?

La reputación de Shein, contra las cuerdas ante una nueva oleada de regulación ESG

 LA FIRMA HA CRECIDO AL CALOR DE SUS PRECIOS BARATOS

Con la llegada de 2024 y de nuevas regulaciones

Durante todo este año y debido a las numerosas polémicas que le han perseguido, Shein, empresa de moda rápida conocida en todo el mundo, ha intentado vender al consumidor y sus competidores un “retailer sostenible”. En concreto, sus directivos han insistido en diversas ocasiones en que los criterios de sostenibilidad y ESG marcarán la estrategia de Shein de cara a este nuevo ejercicio.

Pero bien, la realidad es que Shein mantiene a día de hoy un perfil muy bajo en comunicación corporativa y ha sido ampliamente criticada por las condiciones en las fábricas con las que trabaja en China (aunque la empresa asegura haberlas corregido en los últimos meses) y la composición de sus productos. Una realidad que permite ofrecer precios muy bajos y que ha llevado a la empresa a convertirse a en uno de los retailers de mayor crecimiento en el sector con una propuesta de ultra fast fashion, gracias a la integración vertical con las fábricas del sur de China.

Y es que, la moda rápida de Shein ha captado rápidamente la atención de los jóvenes consumidores occidentales a través de un marketing basado en los rápidos lanzamientos de productos y sus asequibles precios. La compañía pueden lanzar más de 5.000 nuevos productos, cuentan con una amplia gama de colecciones y precios muy competitivos. Así, con la asombrosa cifra de 75 millones de usuarios activos en las aplicaciones de Shein en todo el mundo, la compañía representa una amenaza sustancial para los mercados de la moda occidentales, intensificando la competencia en un mercado ya muy completo.

La fuerza de su oferta es tal, que a día de hoy,  no solo ha igualado sino superado la eficiencia líder en la industria de Inditex, el gigante gallego. Shein se fundó en Nanjing, China, en 2008 y ha ganado impulso particularmente en Europa desde 2015, donde América del Norte y Europa contribuyen ahora con más del 80% de los ingresos de la empresa. Por tanto, Shein se sitúa actualmente como el segundo mayor minorista de moda a nivel mundial en términos de cuota de mercado, La empresa se encuentra entre los mayores productores de ropa del mundo, junto con Louis Vuitton, Nike, Adidas, Richemont y Kering.

Polémica tras polémica

Sin embargo, como ya se ha mencionado anteriormente, la compañía no para de estar inmersa en la polémica tanto por: la calidad de sus prendas, por su asignatura pendiente que es la sostenibilidad o por los plagios del diseño de prendas a otras compañías. Un contexto que, al parecer, se complica con la llegada del 2024. Un año donde irán entrando en vigor de forma escalonada, varias normativas de cumplimiento obligatorio que cambiarán la comunicación con el mercado y sus grupos de interés.

Según ha afirmado recientemente Adam Winston, Head of ESG, de SHEIN, en una entrevista concedida a Corresponsables,”Shein quiere ser una compañía sostenible” Y, “para guiar nuestros próximos pasos en sostenibilidad, hemos desarrollado una estrategia holística para abordar los desafíos sociales y ambientales y generar impactos positivos a medida que SHEIN continúa evolucionando hacia el futuro. Lo llamamos nuestra Hoja de Ruta evoluSHEIN, que se compone de nueve prioridades clave bajo tres pilares estratégicos (PERSONAS, PLANETA y PROCESO) que se centran en los desafíos críticos que enfrenta nuestra empresa”.

No obstante, por el momento, las últimas investigaciones realizadas en 2023 en torno a la compañía, entre ellas una de Greenpeace, han encontrado químicos tóxicos y peligrosos en prendas de Shein como ftalatos (que son disruptores endocrinos), formaldehido y metales pesados que superaban los límites permitidos en la Unión Europea. Una realidad que se suma a que esta moda de “usar y tirar” se convierte rápidamente en residuos, algo muy perjudicial para el entorno.

En definitiva, 2024 trae consigo nueva regulación respecto a los criterios ESG y las compañías dedicadas a la moda se sitúan en un momento de cambio hacia un producto más sostenible: tanto los consumidores comprometidos, como las empresas responsables de moda, están apostando por una moda más lenta y consciente. Pero, mientras las grandes cadenas europeas de moda rápida están dando paulatinamente un giro hacia una mayor sostenibilidad, Shein está dando pasos de gigante en la dirección equivocada animando a comprar mucha cantidad de ropa de poca calidad que pronto acabará en la basur y cuya forma de producción no se rige por valores sostenibles.

Seguiremos informando….

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