Para muchos, las Navidades son fechas de sentimientos encontrados. El no estar viviendo momentos de felicidad, no poder reencontrarse con los seres queridos o la ausencia de familiares y personas cercanas, generan una tristeza que hace que estas fechas se vuelvan un poco amargas.
A estas personas y situaciones se suman también aquellas que se encuentran hospitalizadas en Navidad, y es que, aunque haya decoración navideña en estos centros y los sanitarios hagan un esfuerzo extra por animar a sus pacientes, muchos pasarán todas las navidades en un hospital y otros, incluso, ni si quiera recibirán visitas. En este sentido, los psicólogos clínicos desempeñan un papel fundamental ofreciendo apoyo emocional y psicoterapéutico a los pacientes.
En palabras de Arantxa Duque Moreno, doctora en neurociencias y directora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), “la experiencia de la Navidad en los hospitales es altamente significativa para los pacientes y el personal sanitario”, destacando que “lo más importante respecto a los pacientes es el hecho de experimentar sentimientos de soledad, así como la necesidad de adaptarse a las condiciones del hospital y recibir apoyo emocional”. En relación con el personal sanitario, la doctora explica que “hay un claro impacto emocional y una urgencia de adaptación a las necesidades de los pacientes”.
Además, también es necesario tener en cuenta a los familiares de los pacientes hospitalizados. Algo desafiante debido a la preocupación y el estrés, los sentimientos de tristeza y pérdida, la adaptación a las circunstancias y el impacto emocional.
La importancia de la humanización sanitaria
La humanización sanitaria se vuelve crucial por varias razones que se centran en mejorar la calidad de atención médica y el bienestar tanto de los pacientes, como de sus familias. La Dra. Arantxa Duque señala que, en primer lugar, la humanización sanitaria mejora la relación médico-paciente al crear un vínculo, lo que aumenta la confianza, facilita la comunicación y promueve una participación más activa del paciente en la toma de decisiones sobre su atención médica.
Según explica la doctora, la humanización sanitaria tiene además un impacto positivo sobre la salud mental, especialmente a través de la reducción de la ansiedad y el miedo, al centrarse la humanización en la comunicación clara, la empatía, la comprensión y el respeto hacia la individualidad del paciente. Por otra parte, esta “mejora adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, ya que es más probable que sigan las recomendaciones y el plan de tratamiento proporcionado por los profesionales de la salud”.
En resumen, la humanización sanitaria lleva a un aumento de confianza en el sistema de salud, puesto que los pacientes “sienten que son tratados con respeto y dignidad, lo que hace más probable que busquen atención del sistema de salud cuando lo necesiten”, añade la doctora Duque.
Si a todo esto sumamos las fiestas navideñas, explica la doctora, “la humanización sanitaria se vuelve fundamental para hacer frente a la sensibilidad emocional aumentada y al aislamiento social, así como tener un impacto positivo sobre la calidad de vida, especialmente emocional, a través de la promoción del espíritu festivo y la participación en eventos y tradiciones típicas de esta época”.
El apoyo psicológico en los pacientes hospitalizados
Por la situación en la que se encuentran, los pacientes hospitalizados reciben habitualmente consultas de apoyo psicológico y cuidado emocional, sobre todo en Navidades y otras épocas festivas, afirma la Dra. Arantxa Duque. “Durante estos períodos, los pacientes pueden experimentar una amplia gama de emociones, que van desde la alegría y la celebración, hasta la tristeza, la ansiedad y la soledad” continúa, y añade que “algunos de los motivos de consulta más frecuentes son la soledad y el aislamiento, el estrés y la ansiedad, la adaptación a la enfermedad y los recuerdos traumáticos”.
En este sentido, el personal sanitario tiene un papel fundamental en lo que al cuidado emocional del paciente se refiere. La empatía, una información clara y transparente, la comunicación, la flexibilidad con diversos temas (como las visitas de familiares) y el hecho de generar un ambiente festivo (con programas especiales, actividades e, incluso, sorpresas), entre otras cosas, puede ser crucial para el bienestar del paciente.
Otro aspecto esencial, resalta la doctora Arantxa duque, es “involucrar a los pacientes en decisiones relacionadas con su atención y fomentar la autonomía, ya que puede ayudar a fortalecer su sentido de control y contribuir a su bienestar emocional”.
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