El XIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) prestó especial atención al vínculo emocional que está en el origen, desarrollo y mantenimiento de la obesidad. Clara Almazán, psicóloga y ponente en el evento, aseguró que “la relación entre la obesidad y las emociones es compleja y multifactorial”.
Está comprobado que las emociones pueden influir en los hábitos alimentarios, y es frecuente que algunas personas recurran a la comida para gestionar el estrés, la ansiedad y otros sentimientos como la tristeza o la soledad. Esta dinámica “puede contribuir a un aumento de peso que, a su vez, en una sociedad que promueve el ideal delgado, puede tener repercusiones negativas en el bienestar emocional de las personas”, señaló la psicóloga del ITA Salud Mental de Barcelona.
En este sentido, profesionales como Clara Almazán recomiendan “comprender esta compleja interacción para abordar de manera efectiva los aspectos emocionales y conductales asociados con la obesidad”.
El ‘peso del estigma’
El estudio que relaciona el estigma de la obesidad y el desarrollo de alteraciones alimentarias se ha llevado a cabo con personas adultas y es prácticamente inexistente en la población infantojuvenil, sobre todo en España.
Multitud de investigaciones concluyen que, al interiorizar prejuicios sobre el peso, es más probable que las personas experimenten insatisfacción con su cuerpo, aumentando su deseo de cambiarlo. Como resultado de este deseo, algunas personas tienden a adoptar comportamientos no saludables para perder peso y lograr sus objetivos, lo que aumenta el riesgo de desarrollar actitudes y comportamientos alimentarias alteradas (conductas no saludables de control de peso, atracones, restricción alimentaria…). Esta información se confirma en un estudio en el que ha participado la psicóloga Clara Almazán y que ha tomado como muestra representativa a adolescentes de la población general.
Concretamente, el estudio indica que la prevalencia de experiencias de estigma relacionado con el peso es muy alta, sobre todo en chicas con obesidad (alcanzado el 86%), frente a los chicos (70%). La interiorización del estigma se asocia con mayor insatisfacción corporal, mayor deseo de adelgazar, más presencia y severidad de atracones alimentarios y, en general, con un mayor riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria.
En este sentido, se aconsejan actuaciones a varios niveles. “Hay que superar el enfoque normativo del peso que promueve el ideal delgado como algo saludable y alcanzable para todo el mundo”, indica Clara Almazán en primer lugar y añade, además, que “hay que cambiar la creencia generalizada de que la obesidad es un problema básicamente de responsabilidad individual y de que el control del peso depende exclusivamente del control voluntaria, obviando la importancia de los determinante sociales y biológicos en el desarrollo y mantenimiento de esta enfermedad”. En esta línea se demanda la implementación de programas educativos que difundan información veraz sobre el estigma del peso, además de ofrecer apoyo psicológico.
La relación entre el tabaco y el aumento o pérdida de peso
En general, el consumo de drogas obedece a la capacidad humana de modular las emociones.
El tabaquismo es una de las adicciones más generalizadas y, en este contexto, Francesc Abella, psicólogo clínico de la fundación Galatea (Lleida), reconoce que el consumo de tabaco explicaría ciertos aumentos de peso y la relajación de ciertos hábitos saludables, sin embargo, por otra parte, dejar de fumar también se relaciona con un aumento de peso. Esta última se convierte en uno de los miedos más frecuentes en las personas que piensan en dejar de fumar y uno de los principales motivos de la recaída.
La entrevista motivacional
Para alcanzar los objetivos se vuelve fundamental la motivación. Como herramienta importante en este ámbito, se cuenta con la entrevista motivacional que, además de estrechar la relación paciente-profesional, hace posible que la intervención se centre en una persona y no en el profesional, por lo que es anti-estigma.
“Los profesionales de la salud con entrenamiento adecuado en la entrevista motivacional pueden facilitar que las personas con obesidad sean capaces de elaborar sus propios argumentos para llevar a cabo un cambio”, así lo afirma la experta del Hospital Clínic que, además, señala como clave “la toma de decisiones conjunta y equitativa para aumentar la adherencia al programa de pérdida de peso”.
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