evercom, agencia creativa de comunicación y marketing, ha organizado un evento dirigido a abordar el papel que puede tener la innovación en tecnología, y especialmente la Inteligencia Artificial, en la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria y en la humanización de sus procesos.
El coloquio, que ha estado moderado por Juan Gabriel Corral, director del Área de Comunicación Corporativa y de Asuntos Públicos de evercom, ha contado con la participación de expertos como José María Lassalle, consultor, escritor y expolítico, y de Julio Mayol, catedrático de Cirugía en la Universidad Complutense de Madrid, ambos miembros del Consejo Asesor de la agencia. Junto a ellos, también han participado María González Manso, cofundadora y CEO de Tucuvi, herramienta de cuidado virtual cuyo funcionamiento se ha desarrollado mediante IA; Santiago García Blanco, representante de salud digital del Foro Español de Pacientes, y Pedro Ruiz, responsable del Área de Cáncer de Pulmón y Tumor Agnóstico de Roche Farma España.
Pues bien, todos ellos han tenido como principal objetivo analizar cuáles son las implicaciones de la integración de la IA en la sanidad y su influencia en cuestiones como la relación médico-paciente, la optimización y agilización de los procesos asistenciales y las mejoras en el diagnóstico de algunas patologías. Además, también se ha debatido, de la mano de Beatriz Doce, directora de la división de Life de evercom, sobre la importancia y el valor que la comunicación tiene a la hora de acercar y hacer fluir las relaciones entre el ámbito sanitario y el conjunto de la sociedad.
La IA: un aliado para la humanización sanitaria
Debido a la aceleración de la integración de las herramientas de Inteligencia Artificial en el sector de la salud, los especialistas que han acudido a este coloquio coinciden en que su impacto dentro de los procesos asistenciales será uno de los principales temas de análisis y debate en los próximos años. Su aplicación supondrá una revolución, especialmente en las relaciones entre los pacientes y las instituciones médicas.
José María Lassalle explica que será fundamental abordar el uso de la IA desde el punto de vista del propósito y sin perder el foco en el valor que el factor humano puede tener a la hora de dirigir este tipo de innovaciones. “Estamos elaborando una Inteligencia Artificial que tiende a la consciencia, pero sin conciencia”, señala. “Esto, si no se supervisa, puede distanciarte del paciente y hacerte caer en el automatismo”.
En este sentido, Julio Mayol considera que “los problemas de la despersonalización asistencial no sólo tienen que ver con la tecnología, sino con el propio modelo del sistema de salud”. Él aborda esta evolución desde un punto de vista optimista, especialmente de cara a la agilización de algunos trámites administrativos: “Tenemos que liberar a los profesionales de aquello que les hace pasar más tiempo mirando a las pantallas y menos mirando a las personas”.
La implementación de estas herramientas puede liberar de carga al sistema sanitario en cuestiones de diagnóstico o de estructuración de la información clínica, pero también será útil para avanzar hacia un modelo de medicina más personalizado o para trabajar en la predicción de futuras pandemias. Todo ello, en palabras de Santiago García Blanco: “resultará fundamental para facilitar a los profesionales la toma de decisiones”.
Y, precisamente ahí, en relación a la humanización de este proceso, María Gonzalez Manso afirma que: “la inteligencia artificial no es empática, pero sí puede reflejar nuestra propia empatía. Esto es fundamental para no alejarnos de las personas”.
Sector público y privado: retos para la colaboración
Por otro lado, en un momento en el que las compañías y las instituciones están redoblando sus esfuerzos para desarrollar estrategias que coloquen a los pacientes en el centro, resulta vital establecer vías de diálogo entre los representantes del sector privado, de las asociaciones de pacientes y de la sociedad civil para abordar con éxito los principales retos a los que se enfrenta la industria sanitaria.
“Las herramientas de Inteligencia Artificial nos van a ayudar a diagnosticar enfermedades, como el cáncer de pulmón en etapas tempranas, en casos en los que anteriormente sólo hubiésemos podido identificar la patología en estadios avanzados”, asegura Pedro Ruiz. “Sin embargo, para seguir evolucionando en ese campo, necesitamos continuar apostando por facilitar las relaciones entre el sector público y el privado”.
Otro de los obstáculos añadidos es el de la incertidumbre que genera entre la ciudadanía el impacto de la IA en la calidad asistencial y en la relación de los pacientes con el sistema de salud. Conseguir reducir rechazo social ante la implementación de este tipo de soluciones cuenta con una única receta: la comunicación.
“Existe una oportunidad para que las organizaciones sanitarias sean capaces de educar mejor, de ofrecer contenido de valor y de acercarse a los ciudadanos de una manera sincera”, garantiza Beatriz Doce. “Los que ayudamos a las compañías a comunicar tenemos que tender la mano a los profesionales. Estamos obligados a trabajar y abordar las dificultades que puedan presentarse desde la máxima responsabilidad”, concluye Juan Gabriel Corral.
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