La crisis de audiencia de Telecinco continúa pasando factura a Mediaset, que esta vez asiste impasible a la pérdida de uno de sus rostros más representativos de la última década. Lara Álvarez anunciaba este martes que deja la que ha sido su casa durante los últimos diez años “para emprender nuevos proyectos”.
Una decisión que, pese al impacto que haya podido generar, no debería pillar por sorpresa al grupo de Fuencarral. Durante los últimos meses, Lara Álvarez ha ido perdiendo protagonismo en Telecinco. En poco tiempo pasó de presentar Supervivientes -formato de renombre en la cadena- a conducir algunas de sus últimos fracasos de entretenimiento (Me Resbala, A tu bola y La mejor generación).
Precisamente, la mala racha de Lara Álvarez al frente de apuestas fallidas por parte del grupo estarían detrás de su salida. La presentadora asturiana no se encontraba cómoda con este nuevo papel en Mediaset y habría decidido apostar por darle un nuevo giro a su carrera profesional fuera del grupo.
Algo totalmente entendible teniendo en cuenta que Telecinco acabó hundida en las noches que emitió alguno de estos tres programas. Si bien es cierto que fue la propia Lara Álvarez la que buscó emprender nuevos retos al desvincularse de Supervivientes en 2022, a la vista está que las propuestas del grupo no han convencido a la asturiana.
El próximo paso de la presentadora podría estar lejos de la televisión, pero no así del universo audiovisual. Se rumorea que Lara Álvarez podría fichar por HBO para conducir la vuelta de Pekín Express, formato que la plataforma adquirió recientemente y que aún no tiene presentador.
La salida de Lara Álvarez, una más en Fuencarral
El caso de Lara Álvarez no es nuevo en Fuencarral. Antes que ella, otros presentadores importantes han decidido abandonar Mediaset en busca de otros proyectos que satisfagan sus aspiraciones profesionales. Sonsoles Ónega ha sido la última en hacerlo, marchándose a la competencia tras años un tanto inestables en Telecinco.
Un movimiento que representaba a la perfección un cambio de escenario dentro del panorama televisivo, con Antena 3 siendo líder indiscutible y una Telecinco cada vez más hundida. 2023 acabó por confirmar una tendencia a la baja de la principal cadena de Mediaset, que se fue sumiendo en una crisis cada vez más profunda conforme transcurrían los meses.
Dicha crisis se materializó -y se agravó- con la cancelación de Sálvame, símbolo de Telecinco y programa abanderado de una forma de hacer televisión muy particular. Fue entonces cuando la nueva dirección de Mediaset -con Borja Prado como principal impulsor- apostó por renovar la parrilla de la cadena con contenidos “blancos”.
La esencia de Telecinco brilla por su ausencia
En un intento por rescatar del hoyo a Telecinco, Alessandro Salem apostó por relegar la esencia de la cadena a un segundo plano. La salida de Borja Prado como presidente de Mediaset apenas tuvo relevancia entonces, y a principios de temporada apostaron por equilibrar la programación con una combinación de entretenimiento “light” con formatos de renombre, como GH VIP.
No obstante, ese complicado equilibrio parece insostenible frente a la audiencia, que no acaba de encontrarle un sentido de unidad a las apuestas de Telecinco. Al tiempo que se apuesta por la seriedad, representada por la renovación de su área de Informativos, también se sigue estirando un chicle que, aunque gastado, permite respirar ligeramente a Telecinco (La isla de las tentaciones, GH Dúo).
Y en medio de todo esto, contenidos irrelevantes para la audiencia como El pueblo o La que se avecina, ambas disponibles en Prime Video desde hace meses y cuyos datos distan mucho de poder competir contra las opciones de Antena 3, armada con una parrilla más atractiva para los espectadores.
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