En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

LIDERAZGO DE LA MUJER EN EL SECTOR DE LA SALUD Y DEL DEPORTE

Marcela González-Gross: “Con el tiempo habrá cada vez más mujeres líderes en el sector deporte”

HABLAMOS CON MARCELA GONZÁLEZ-GROSS, PRESIDENTA DE LA SEÑ Y CATEDRÁTICA EN LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE

La presidenta de la SEÑ asegura que “el esfuerzo que hemos hecho las mujeres de mi generación ha sido enorme para compaginar la maternidad y la familia con la carrera profesional”

Desde PRSalud hablamos con Marcela González-Gross, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición y del Grupo ImFINE, una mujer que nos cuenta su experiencia como líder en el sector del deporte y la salud.

Marcela González-Gross es, además, catedrática en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte – INEF en la Universidad Politécnica de Madrid.

¿Qué porcentaje de mujeres cursan el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte?

El alumnado en este grado es preferentemente masculino. En la actualidad, la relación está en torno a 80/20. En el Máster y en el Doctorado se va equilibrando más esta relación, porque se integran alumnos que han cursado el grado en otras áreas, como Dietética y Nutrición, Farmacia, Medicina, Ingeniería alimentaria, etc., y también alumnas del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte atraídas por la ciencia.

Durante los años que fui vicedecana de Calidad y Asuntos Internacionales, llevamos a cabo campañas para aumentar el alumnado femenino en el grado, llegando algún curso hasta el 30% de alumnas, pero ha vuelto a descender. Quizá la nueva orientación del grado hacia la salud haga que aumente el atractivo para que las mujeres cursen este grado que ofrece unas salidas profesionales muy interesantes.

¿Alguna vez has percibido discriminación por ser mujer y ocupar un alto cargo?

La verdad es que no. Llevo trabajando en el área de Educación Física y Deportiva más de 30 años y siempre me he sentido muy acogida y valorada por mi trabajo.

Lo que sí ha cambiado mucho es el entorno. Nuestra profesión exige mucha dedicación y esfuerzo, y más aún si se quiere acceder a puestos de gestión. Cuando yo empecé, los becarios pre y postdoctorales no teníamos seguridad social, ni bajas por maternidad, ni derecho a paro, ni nada. Esto se ha mejorado mucho con una legislación coherente, y ahora tienen los mismos derechos que cualquier trabajador. Esto implica que el esfuerzo que hemos hecho las mujeres de mi generación ha sido enorme para compaginar la maternidad y la familia con la carrera profesional.

¿Crees que hay cada vez más mujeres líderes en el sector salud?¿Y en el sector deportivo?

Por una parte, es lógico que hasta hace poco no hubiera muchas mujeres en puestos de dirección, porque había que dar tiempo a que un número importante de ellas fueran creciendo dentro de las empresas y las instituciones, y ocupando cada vez más puestos de responsabilidad. Quizás en el sector de la salud la mujer lleva más tiempo trabajando y ya ha dado tiempo a que un número alto ocupe puestos de liderazgo.

En el sector del deporte partimos de que está muy masculinizado, pero en estos últimos 20 años se ha notado la evolución. Cuando accedí a la cátedra, creo que fui la tercera o cuarta catedrática en el área de Educación Física y Deportiva, y desde entonces cada vez hay más mujeres con plazas en la universidad de profesora titular o catedrática del área de Educación Física y Deportiva. Esto también se observa en puestos dentro del ámbito deportivo. Es cuestión de tiempo para que un mayor número de mujeres ocupen cargos importantes en el sector del deporte.

Cuando decidiste estudiar ese grado, ¿recibiste comentarios que infravaloraban tu trabajo ilusión solo por ser mujer?

La verdad es que sí. Ahí también se ve la evolución que ha habido en la sociedad española, que ha sido tremenda.

En la actualidad, la mujer española es de las más emancipadas del mundo y esto no ha sido siempre así. Yo realicé todos mis estudios escolares desde Primaria a Bachiller y el antiguo COU en el Colegio Alemán de Madrid, donde los niños y las niñas éramos realmente iguales, jamás noté ningún tipo de discriminación. Lo mismo pasaba en mi casa. Vengo de una familia en la que ya mis bisabuelas trabajaban y eran iguales que sus maridos. Pero al llegar a la universidad española en los años 80 sí noté un cambio en el trato. Al principio me quedé perpleja, porque no estaba acostumbrada a ello. Tuve que aprender a ponerme en mi sitio y a identificar esos comportamientos.

Seguiremos informando…

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