El pasado 23 de marzo, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ordenaba bloquear Telegram en España. Una decisión tomada tras una denuncia de Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus que, aunque finalmente ha sido retirada, ha generado un gran debate entre los expertos de comunicación digital en torno a la libertad de expresión, la protección de propiedad intelectual y la privacidad.
En concreto, cabe destacar que la decisión del magistrado fue adoptada en el contexto de la citada denuncia, en la que estas compañías audiovisuales acusaron a la aplicación de alojar sin permiso contenido protegido por derechos de autor.
Pero, para evitar una decisión impulsiva y a raiz de las cuestiones generadas al respecto, el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, ha decidido parar temporalmente el bloqueo de la aplicación de mensajeria solicitando mientras tanto, un informe detallado sobre la plataforma y sobre el impacto que la suspensión temporal puede tener en los usuarios.
Sin embargo, el daño a la imagen de Telegram, que ha pasado a estar cuestionada por expertos y usuarios, ya está hecho. La mayoría de expertos en comunicación digital han argumentado que la medida es necesaria para proteger los derechos de los creadores de contenido y poner unos límites a la libertad absoluta en cuanto al uso de la plataforma.
Una opinión de la que Telegram no ha dudado en defenderse y es que, según han afirmado desde la propia compañía, las acusaciones son “falsas” y la decisión tomada por la Audiencia Nacional se puede considerar un acto de censura contra sus propios usuarios, a quienes el creador de Telegram siempre ha querido proteger respetando al máximo su privacidad.
Por tanto, el bloqueo inicial ordenado por el juez Pedraz ha abierto un debate en el mundo de la comunicación sobre la línea tan fina que separa actualmente la censura, de la denominada protección de datos y de la propiedad intelectual, obligando a Telegram a posicionarse y poner en riesgo su reputación a nivel nacional.
También ha habido expertos que han abogado por la libertad y han comentado el riesgo que este tipo de medidas pueden tener si se convierten en un antecedente de censura de otros contenidos y de otos medios.
El bloqueo de Telegram podría suponer problemas en la productividad de las empresas españolas
Ahora bien, en este contexto también hay que tener en cuenta que esta aplicación es ampliamente usada en España para la colaboración entre equipos facilitando el intercambio de información. Pues bien, si la restricción del acceso a esta herramienta se llegara a ejecutar, la comunicación entre empleados podría verse obstaculizada, lo que a su vez supondría un problema a nivel empresarial.
Además, el bloqueo de Telegram podría suponer costes adicionales para quellas empresas que hayan invertido en estrategias de marketing o publicidad a través de la plataforma. Y es que, estas tendrían que redirigir sus recursos a otras compañías de mensajeria instantánea, causando perdidas económicas para Telegram y posiblemente, convirtiéndo a la empresa en un espacio menos efectivo en términos de alcance y engagement.
En definitiva, mientras se espera la resolución judicial de la Audiencia Nacional, no cabe ninguna duda de que el bloqueo sobre Telegram en España, además de poner de relieve los desafios de la sociedad en la era digital, está teniendo graves consecuencias sobre la propia plataforma a nivel de imagen, y podría tener consecuencias devastadoras para las empresas y marcas que dependen de esta compañía.
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